Editorial

Esa dupla nociva alcalde – concejo

Esa dupla nociva alcalde – concejo

La otrora ciudad boyante, afable, abierta y emprendedora Sogamoso ha descendido hasta una sima difícil de imaginar hasta hace pocos años. La decadencia se muestra y golpea la cara de una ciudadanía indiferente –otra rara situación antes tampoco vista— como tratando de empujar sus culpas hacia otros lados, para desconocerlas. La ciudadanía está ausente.

El ejecutivo, en manos de un aprendiz de saltimbanqui, ha mostrado una ineptitud administrativa sin par en el trasegar de la ciudad. Una de las gracias protuberantes de su gestión es la autoalabanza, pero le preceden también la codicia y eso que en el lenguaje castizo se define como el desamor por la ciudad, en el alcalde se denomina el meimportaunculismo.

La representación del pueblo para ejercer el control político y vigilar las acciones del ejecutivo perdió la brújula hace varios años. La gran mayoría de quienes componen esa corporación, tan importante y clave para la vida ciudadana, está en manos de personajes sin compromiso alguno con la ciudad y sus habitantes. El Concejo Municipal de Sogamoso, otrora asiento de mujeres y hombres probos, delicados y respetuosos de lo público, hoy es un centro de rapiñas burocráticas, intrigas económicas e improvisaciones hasta en lo más elemental.

La ciudad se encuentra –otra vez digamos que, por enésima, para evitar discusiones— sin la presencia y ejercicio de esa otra rama del poder y que contribuye también al bienestar ciudadano. La Personería Municipal, por causa de los concejales, repite su acefalía tal vez como consecuencia de esa mezcla de ignorancia, improvisación, ambiciones o como decía el poeta Jorge Zalamea: ¿Y si me da la gana?

Van casi ocho años, tal vez más o menos de inestabilidad en la personería, en desmedro de la ciudadanía. El sonrojo o la vergüenza ante la ciudadanía es inexistente en los concejales y mencionar palabras como ética o compromiso ciudadano es motivo de burla.

El Tribunal Administrativo de Boyacá anuló la Resolución 054 del 23 de agosto del 2022 por medio de la cual se nombró al personero municipal. Este había sido elegido por la corporación luego de la parafernalia en la que, seguramente y como de costumbre, hubo mucha pantomima de legalidad.

El último episodio para designar el funcionario reseña que a las señoras y señores concejales les dio por convocar a sesiones informales extraordinarias por derecho propio, nada menos, que para decidir sobre el nombramiento del personero. Ignoraban ellas y ellos, según el alto Tribunal, que el único legalmente autorizado para convocar a dichas sesiones extraordinarias es el alcalde. Y continúa el Tribunal: “No obstante, el alcalde del municipio de Sogamoso se abstuvo de convocar a las sesiones extraordinarias y el Concejo municipal de ese ente territorial decidió reunirse “de manera informal”, mediante la convocatoria realizada por el presidente de la corporación edilicia”.

Otra vez la autoridad judicial castigó a Sogamoso con la destitución del personero recientemente nombrado, reiterando –por enésima vez, otra vez— la inoperancia nociva de esa dupla perniciosa alcalde – concejo.

Ante los comicios del próximo mes de octubre se escuchan de los tres presuntos candidatos a la alcaldía muchos más comentarios sobre los movimientos manzanillescos y cotorreos que sobre sus preocupaciones sobre el futuro de Sogamoso.

¿el menos conveniente?

Director Boyacá Visible

Jorge Armando Rodríguez Avella 

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