Caso TRUMP: Lecciones para Colombia

Por Manuel Álvaro Ramírez R.

Un juez colombiano de nombre Juan Merchán, que en inglés se escribe sin tilde, ha sido el encargado de llevar la causa criminal que se le sigue al expresidente norteamericano Donald Trump. Se había dicho que, a diferencia de aquí, a los jueces, fiscales y testigos que se enfrentaban a un reo tan poderoso no se les amenazaba ni su familia se veía obligada a exiliarse para proteger su vida. Pero no, sí hubo y sigue habiendo amenazas, lo que prueba indirectamente que el imputado es un personaje bastante peligroso con una banda delincuencial que lo respalda. De lo contrario, se esperaría que dejaran que la justicia hiciera su trabajo. En efecto, la cadena CBS News informó este viernes que ‘El juez del caso criminal contra Trump es objeto de amenazas’, las cuales están siendo evaluadas y reevaluadas, según un vocero de la Corte de Nueva York.

Pero esto es lo anecdótico, cada vez más las sociedades desarrolladas copian los peores vicios de las que ellos bautizaron despectivamente como ‘las repúblicas bananeras’, como, por ejemplo, desconocer los resultados electorales cuando uno de los partidos es derrotado en las urnas y ahora, amenazar al juez encargado de juzgar al mandatario de la extrema derecha norteamericana.

La acusación contra Donald Trump está relacionada con una cita del mandatario con una actriz porno llamada Stormy Daniels, cuando éste aún se encontraba en luna de miel, pues se había casado en 2005 y en 2006 sucedió el encuentro con la meretriz. Pero no es por haber tenido un encuentro sexual con esa dama por lo cual lo están encausando –porque, si así fuera, buena parte de la humanidad debería ir a juicio— sino por haber sobornado a la trabajadora sexual para que el escándalo no afectara su campaña a la presidencia en 2016. Además, lo que se afirma es que la plata del soborno salió de los fondos de la campaña para lo cual se habrían falsificado algunos documentos. Es decir, algunas de las acusaciones son malversación de fondos y falsificación de documentos públicos entre otros más de treinta cargos.

Obviamente, el expresidente que quiere volver a la Casa Blanca, está aprovechando esta oportunidad para decir que se trata de una persecución política, argumento recurrente entre esta clase de sujetos que jamás tienen la entereza de enfrentar la justicia para reconocer sus errores, sino que la usan para adquirir inocencias compradas y mostrarse ante los electores como víctimas de un Estado que los persigue por sus valores éticos y morales. Eso allá lo saben bien, cuenta con canales como Fox News, que maquillan las noticias y organizan programas de opinión única y exclusivamente para presentar al expresidente como un adalid de los valores democráticos, cuya principal preocupación es luchar contra la corrupción y la politiquería. ¿Suena conocido? Por ahora los resultados le favorecen a exmandatario, la favorabilidad dentro de su partido se disparó y por ahora sería el candidato indiscutido de los republicanos.

Aprovechemos este caso para recordar aquí que Fox News fue el canal que inspiró a los Gilinski para copiar el modelo y trasplantarlo a Colombia en la revista Semana que hasta ahí le llegó su credibilidad porque su trabajo no es informar sino fabricar noticias, muchas veces falsas para crear inestabilidad social y miedo para luego vender soluciones debidamente condimentadas y envueltas en el manto envenenado de la Seguridad Democrática.

Cualquiera que sea el desenlace, la principal lección es que los exmandatarios no son tan poderosos que puedan estar por encima de la ley y aunque no necesariamente sean condenados, una sociedad despierta bien podría hacerles pagar por sus crímenes. Gran lección para Colombia ahora que se está juzgando a un sujeto muy poderoso pero que podría resultar, como Stalin, un gigante con pies de barro.

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