El libro, constructor de humanidad

La rectora de la Universidad Nacional, Dolly Montoya Castaño, publicó el pasado 22 de abril en El Espectador una columna dedicada a la importancia de los libros, a propósito de la realización de la Feria Internacional del Libro, FILBo. Es indudable el interés que suscita lo que escribe esta eminente y destacada académica y aún más cuando invita a cultivar la lectura y, por supuesto, al libro.  Destacamos, además, la mención que hace la rectora del científico y también académico boyacense José Félix Patiño Restrepo, (1927-2020).   

Desde el 18 de abril y hasta el 2 de mayo, Bogotá albergará la 35° edición de la Feria Internacional del Libro; el mayor espacio literario y cultural de nuestro país y uno de los más importantes de nuestro continente y el mundo. Durante estos 35 años la FilBo se ha configurado como un lugar de encuentro entre la sociedad civil, la academia y la industria editorial, donde hemos seguido cultivando el amor por la lectura que como sociedad debemos inculcar a todos, desde los primeros años de vida. La FilBo es un espacio que reconoce la trascendencia del diálogo enriquecido que posibilita el libro para nuestra vida en sociedad y que promueve en las nuevas generaciones la voluntad de conocer que requerimos para comprendernos mutuamente y para explorar y resolver los problemas de nuestro país.

Espacios como el de la FilBo son importantes precisamente porque invitan a las nuevas generaciones a imaginar mundos nuevos a los que solo es posible acceder desde la lectura. Gracias al amor por los libros, cultivado desde la juventud, es posible avanzar en la vida cumpliendo sueños que para realizarse exigen aprender a apreciar y valorar diversos puntos de vista. Al final la lectura nos prepara para dialogar y aprender de los demás, para abrirnos a otros mundos y otras formas de pensar a lo largo de nuestras vidas.

Los libros son compañeros que nos permiten construir nuestros propios caminos, conocernos, reconocernos, reconocer a los otros como distintos a nosotros, conquistar nuevos conocimientos, profundizar en el vasto océano de los saberes, poner en cuestión la tradición y recuperar nuestra historia personal y la historia de la humanidad misma.

La escritura surgió como herramienta de las grandes civilizaciones del pasado para conservar la memoria, para construir imágenes compartidas del mundo y para asegurar las condiciones de la convivencia. Gracias a ella hemos podido conocer el modo como pensaban y vivían las comunidades que nos precedieron. Leer es dialogar con los sabios que ya no están con nosotros. El paso de la tradición de lo hablado a lo escrito nos ha permitido anclarnos con mayor fuerza al pasado y pararnos sobre este para mirar y construir el futuro. Los libros y las bibliotecas nos han permitido ser testigos de toda la historia de nuestra especie y del impacto del conocimiento en el mundo. Los libros recogen el fruto de esfuerzos colectivos, nos hacen vivir nuevamente la emoción de los descubrimientos, nos muestran los grandes cambios que hemos vivido en el modo como nos vemos a nosotros mismos y como vemos el universo.

No en vano el querido humanista profesor y exrector José Félix Patiño edificó una biblioteca personal de más de 13.000 libros, fruto de su amor por el conocimiento, y como tributo a la humanidad misma. Orgullosamente, la biblioteca del profesor Patiño está hoy abierta al público en el corazón de la ciudad Universitaria de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) en Bogotá.

La UNAL, comprometida con la tarea de generar y compartir conocimiento en las seis grandes áreas del saber, cuenta, entre otros instrumentos, con la Editorial UNAL, la editorial universitaria más grande del país, que tiene la capacidad de publicar más de un libro al día. Para esta feria del libro, la Universidad con sus nueve sedes, que cubren todas las regiones del país, presenta más de 150 novedades editoriales que recogen, al menos en parte, el conocimiento que producimos, los frutos de la imaginación de profesores y estudiantes, los balances del modo como asumimos nuestro compromiso con la sociedad y el diálogo entre las disciplinas que nos ha permitido asumir la complejidad de los problemas de nuestro país. En estos libros se plasman los resultados del trabajo teórico y práctico de nuestra comunidad académica, de los proyectos que adelantamos mancomunadamente con quienes habitan los territorios en los que hace presencia la Universidad y, claro está, de la experimentación científica y de la lectura en profundidad de otros textos escritos que nos han abierto nuevos horizontes.

Les invito a participar de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, a visitar el estand de la UNAL (ubicado en el segundo piso del Pabellón 3 de Corferias) y a enamorarse de los libros, que nos cambian la vida.

*Rectora, Universidad Nacional de Colombia.

@DollyMontoyaUN

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