Mediocridad y cinismo en la ejecución presupuestal en Sogamoso

Editorial

Mediocridad y cinismo en la ejecución presupuestal en Sogamoso

Los secretarios, directores y gerentes de institutos descentralizados nombrados por el abogado Rigoberto Alfonso Pérez, alcalde de Sogamoso, presentaron la semana pasada ante el Consejo Territorial de Planeación un informe sobre la ejecución presupuestal de la Administración, durante el periodo comprendido entre enero y septiembre de este año. Allí se dieron a conocer algunas cifras consolidadas de la ejecución durante estos casi tres años de mandato.

Los presupuestos oficiales –a diferencia de las empresas y gerencias privadas—son para invertir las contribuciones que toda la población realiza, a través del pago de los diferentes impuestos. La ejecución de un presupuesto está definida, por el Departamento Nacional de Planeación Nacional, como la óptima utilización del talento humano y demás recursos presupuestados, con el único fin de suministrarle a la sociedad “bienes, servicios y obras en la cantidad, calidad y oportunidad previstos” en el presupuesto.   

En el caso de Sogamoso, la utilidad de la inversión que mide el beneficio social es de una mediocridad muy poco vista en la historia de la ciudad. En este sentido, podríamos afirmar que ocupa el primer lugar en comparación con las administraciones elegidas que le precedieron.

El alcalde, por intermedio de su equipo, informó que, en lo que va corrido de este año, la ejecución registra apenas un 51,07%. Es decir que de los $220 mil 857 millones de pesos presupuestados, únicamente se han ejecutado $112 mil 058 millones de pesos; quedando para lo que resta de año $108 mil 58 millones de pesos. Cifra esta última escandalosa, dado que los que usufructúan de ese dinero son los bancos.

Esta gestión de recursos debe ser analizada con juicio por la ciudadanía que tiene que soportar carencias –en el campo y la ciudad— de programas de inversión orientados hacia proyectos sociales, de saneamiento básico y con unas vías destrozadas, espacios públicos peatonales –aceras, parques, escenarios, plazas, etc.—cada vez más intransitables, carentes de mantenimiento y poco amigables.

Ante las cifras de inversión, el jefe de la oficina asesora de Planeación, Raúl Galvis cree que los porcentajes van a subir y “existe la certeza de que, (…) aunque no se alcance el 100% de cumplimiento, sí se va a estar por arriba del 85% o 90% de avance del plan de Desarrollo al final del periodo de esta administración”.

Estas afirmaciones –sin valor ni peso específico— son respuestas similares a las promesas que se le da a un menor de edad para salir del paso y calmarlo. Son una muestra del acostumbrado y velado cinismo característico del mandatario a quien poco le importan o preocupan las necesidades apremiantes por las que pasa la comunidad sogamoseña.   

Jamás hubiéramos imaginado que tendríamos que referirnos a un ejecutivo Municipal con términos como mentiroso, cínico e incompetente.

¿el menos conveniente?

Director Boyacá Visible

Jorge Armando Rodríguez Avella 

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