No todos los caminos conducen a Roma

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No todos los caminos conducen a Roma

La iglesia católica ha sido noticia en estos días, pero ha pasado desapercibida gracias a que los noticieros llenan sus espacios con diatribas contra el actual gobierno de Colombia, mientras el de Nicaragua evalúa suspender relaciones con el Vaticano, pero el más importante movimiento se está llevando a cabo en Alemania.

Primero lo primero. El presidente Daniel Ortega, que se la pasa comprando peleas y aislándose cada vez más de su propio pueblo, que una vez lo recibió con los brazos abiertos cuando llegó vestido con uniforme de fatiga de color verde oliva por allá el 20 de julio de 1979, ahora, se está tratando de atornillar al poder y como la iglesia siempre ha estado muy activa en la contienda política, decidió ponerle coto y tratar de meterla en cintura. Propone el presidente, que el papa sea elegido por voto popular y que esa práctica electoral se lleve incluso hasta los niveles parroquiales, que la gente elija sus propios sacerdotes. No tengo autoridad moral para evaluar la pertinencia de la propuesta, pero me llama la atención por lo curiosa. Eso no trasnochará a los jerarcas, pero lo que está pasando al otro lado del Atlántico quizás sí.

En efecto, en Alemania está tomando fuerza un movimiento denominado Camino Sinodal o Vía Sinodal, que contempla algunas reformas que darán de qué hablar en el futuro. Tales propuestas se refieren específicamente al ordenamiento de las mujeres en el sacerdocio, la influencia de los laicos en las decisiones que los afectan, es decir, casi todas: la unión de parejas no heterosexuales, la revisión a fondo del catecismo y, la cereza del pastel, el celibato.

No hay que olvidar que un monje agustiniano alemán, Martín Lutero, hace algo más de 500 años, convenció a una monja de las delicias de las que se estaban perdiendo si se atrevían a violar el sexto mandamiento y lo violaron. Contrario a las recomendaciones que se estilan por estos lares, no aplazaron el gustico y se fueron a vivir y a procrear, como Dios manda. Lutero fijó sus 95 tesis en la Iglesia de Todos los Santos de Wittenberg y así como al comienzo no le pararon muchas bolas, sus ideas, que eran simplemente una condensación de cuestionamientos que la gente se estaba haciendo, fueron creciendo hasta alcanzar una fuerza incontenible que dio origen al protestantismo, el más grande cisma que la iglesia católica ha tenido que enfrentar desde su aparición y que no ha parado de crecer desde entonces.

Conviene aclarar que ya en otras iglesias nacidas también de escisiones de la católica, como la anglicana, varias de las actuales proposiciones se vienen practicando, como, por ejemplo, la ordenación de mujeres sacerdotisas y el matrimonio de sacerdotes consagrados.

Difícil va a ser enfrentar esta y otras divisiones si la iglesia romana se empecina en funcionar de espaldas a su feligresía e incluso a sus propios clérigos. Cada vez sale a relucir el papel de los jerarcas como encubridores en casos de pedofilia y aunque el homosexualismo no sea una conducta punitiva, desde el punto de vista de la iglesia sí lo es, pero, así como lo condenan en público, lo disfrutan en privado. Los casos de pederastia han dado para una considerable cantidad de libros algunos prolíficamente documentados como, “Este es el cordero de Dios”, “Sodoma” y “Dejad que los niños vengan a mí”, para nombrar sólo unos pocos.

En algunos países como Brasil, Nicaragua y El Salvador, la iglesia católica ha sido especialmente beligerante en la defensa de los pobres, lo que ha provocado duras reacciones contra sus promotores, pero aparte de su posición política en sus países, su fuerza deliberante, que es en últimas una protesta contra sus organismos de poder, puede dar origen a una iglesia renovada mucho más acorde con los tiempos que corren. No hay que olvidar que los dioses egipcios reinaron como 500 años más que el del cristianismo, pero desapareció y hoy en día la mayoría de los mortales ni siquiera sabe que existieron. Conclusión: la iglesia católica se moderniza o desaparece.

*Magíster en Economía

Universidad de los Andes

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