Temor por un anuncio

Produce cierto temor el anuncio que viene haciendo, desde hace algunas semanas, el alcalde de Sogamoso, Rigoberto Alfonso Pérez, y que ahora envía por redes sociales. Dice el aviso, firmado por el alcalde: “De la mano de Dios, (sic) vendrán excelentes noticias para nuestra ciudad”. La utilización de la deidad, de por sí presumida y odiosa, deja mucho qué pensar dada la poco comunicación entre dioses y terrícolas.

Lo que se rumorea, con respecto a las “excelentes noticias”, es que el señor alcalde quiere sacar los cinco mil millones de pesos que le aprobaron los concejales, al inicio de su mandato, en 2020, con destino a la construcción del edificio administrativo municipal. Esos dineros están depositados en un banco y lo mejor para sus intereses es sacarlos de ahí, cercar la plaza Seis de Septiembre, alquilar una maquinaria, llevarla a la plaza, remover tierra, abrir unas chambas, rellenar unos cuantos metros con concreto y hierro y dejarles el chicharrón a los próximos cinco o más alcaldes por venir.

El edificio municipal carece de muchas cosas o la ciudadanía las desconoce. Desconocemos el proyecto en sí: justificación urbanística que debe ser el resultado de un estudio de conveniencia urbanística, y del porqué de su ubicación en ese sitio. Aparte de lo anterior, estamos en la más profunda ignorancia sobre los planos arquitectónicos y estructurales. Sobre la viabilidad y conveniencia financiera del supuesto proyecto tampoco sabemos nada, así como de dónde saldrá el dinero para culminar la edificación.

Aquí sí cabe invocar a Dios, quiera el Señor que este señor alcalde evite engrampar al municipio en una sin salida, porque, después de que se vaya, el señor Rigoberto Alfonso se pierde del mapa de Sogamoso y solo lo encontrarán los enviados de la justicia.

Ojalá que el avisito de las “excelentes noticias” se refiera a cosas sin trascendencia y en las que el municipio no tenga que invertir recursos, porque a estas horas todo le sale costoso al fisco municipal y esos dineros van a parar a los bolsillos de algunos.    

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