Ante la hegemonía amayista, solo un cura puede ayudar
Ante el panorama actual de la política departamental, donde existe un claro dominio del Partido Verde y donde se propuso como fórmula de cambio a quien durante siete años fuera aliado de Amaya, muchos confían en que pueda surgir una figura alternativa que pueda eventualmente romper la hegemonía amayista.
Queda muy poco tiempo para cerrar y modificar inscripciones y el único que se podría perfilar, por ahora, para ser dicha figura es el padre Víctor Leguízamo. Sería el único de los cuatro posibles candidatos de nada que ver con Amaya, pues tanto Rodrigo Rojas, como Giovanny Pinzón han sido aliados de Amaya en el pasado.
La figura del padre Víctor surge a la sombra de un perro viejo de la política boyacense, se trata de Jorge Eduardo Londoño, quien se viene adjudicando dicha candidatura. No obstante, al parecer este perro viejo no late echado, pues ya solo quedan tres meses de campaña y el padre Víctor no alzó vuelo. Dicen que la gran ventaja que tiene el curita es no ser un hombre de la política tradicional, pero su gran desventaja es haberse dejado envolver en las sombras de Londoño, pues este, al parecer, no ha movido un dedo para impulsar su candidatura y parece estar cumpliendo su promesa de no participar en política desde su cargo super poderoso como director del Sena. Lo cierto es que, con esa paciente o nula estrategia, Londoño va a catapultar a su archienemigo Carlos Amaya nuevamente como gobernador y a su ex discípulo John Carrero como alcalde de Tunja.
Sería una verdadera moñona sin precedentes en la política departamental. Amanecerá y veremos, pues es bien conocida la costumbre de Londoño de utilizar el poder para lograr sus fines políticos como lo hizo hace 16 años con José Rozo Millán, un desconocido que venía de la política de Bogotá y logró ponerlo como gobernador o, en su defecto, la retirada de las contiendas políticas dadas las pocas gestiones a favor del sacerdote candidato. El perro viejo ya no late.