En medio de los Medios

El gran placer de leer

En su edición del 14 de diciembre, El Espectador publica la habitual columna del gran crítico cultural Manuel Drezner. Como de costumbre, las opiniones de Drezner siempre son bien recibidas por sus asiduos lectores, en esta ocasión resalta la importancia de la lectura y del libro para el ser humano. Imposible que exista alguien que, aunque no lea, aborrezca un libro. Nos unimos a la campaña de regalar libros en este fin de año. Tal como dice la cuña radial “quien lee un libro no vuelve a ser el mismo”

El gran placer de leer

Por Manuel Drezner. El Espectador, 14/12/2023

“Un lector vive mil vidas antes de morir y quien no lee a duras penas vive una sola vida” es un cita célebre que viene bien a cuento ahora que se ha lanzado una campaña para que en estas festividades se regale un libro. Yo diría entre paréntesis que esta benemérita iniciativa no ha sido hecha con suficiente énfasis, pero la buena intención se reconoce. Otra cita que vale la pena recordar es que un libro es un aparato mágico portátil, y recordar que leer es algo que alarga nuestros horizontes.

De lo que se trata es de dejar constancia de que uno de los grandes placeres de la vida es el de la lectura, y es triste ver cómo entre la juventud de nuestros días no se fomenta lo suficiente la creación de este hábito. Quien no lo ha adquirido no sabe lo que se pierde. La lectura es una combinación de placer, de adquisición de conocimientos, de discusión interna con grandes pensadores del pasado y quizá la forma más sublime de entretenimiento que existe. Vale recordar aquí la bella novela de Ray Bradbury Fahrenheit 451, título que hace referencia a la temperatura a la cual arde el papel. En esta obra distópica, uno de los objetos de la sociedad en la que vive el protagonista es destruir y quemar todos los libros existentes. Un grupo que se opone a la maniática idea, para preservar los libros, hace que cada miembro de ese grupo se aprenda un libro de memoria. Ese es un homenaje indirecto a la lectura y hace que uno considere cómo sería de horrendo un mundo sin libros.

Es por eso que hay que apoyar esa campaña de que un libro es un regalo ideal. El fomento a la lectura es dar la oportunidad a quienes lo reciben de saber que cada libro esconde un mundo que está al alcance de quien quiera abrirlo. Quizá por eso Jorge Luis Borges decía que el paraíso debía ser una inmensa biblioteca.

Respuesta de uno de los lectores de la columna de Manuel Drezner

Nelson (23874) 

Recuerdo con horror la fotografía de Alejandro Ordoñez en una plaza pública de Bucaramanga llevando la temperatura más allá de los 451 para quemar los libros en 1978. Años después dijo con cinismo que quemarlos fue y será un acto pedagógico y que lo volvería a hacer. Yo, ni siquiera quemaría un manifiesto del Opus Dei por respeto a la opinión ajena y en cambio el señor y sus seguidores me pondrían con gusto en la hoguera. Paz en la tierra a los lectores y para él, fuego eterno en el infierno.

En su edición del 14 de diciembre, El Espectador publica la habitual columna del gran crítico cultural Manuel Drezner. Como de costumbre, las opiniones de Drezner siempre son bien recibidas por sus asiduos lectores, en esta ocasión resalta la importancia de la lectura y del libro para el ser humano. Imposible que exista alguien que, aunque no lea, aborrezca un libro. Nos unimos a la campaña de regalar libros en este fin de año. Tal como dice la cuña radial “quien lee un libro no vuelve a ser el mismo”

El gran placer de leer

Por Manuel Drezner. El Espectador, 14/12/2023

“Un lector vive mil vidas antes de morir y quien no lee a duras penas vive una sola vida” es un cita célebre que viene bien a cuento ahora que se ha lanzado una campaña para que en estas festividades se regale un libro. Yo diría entre paréntesis que esta benemérita iniciativa no ha sido hecha con suficiente énfasis, pero la buena intención se reconoce. Otra cita que vale la pena recordar es que un libro es un aparato mágico portátil, y recordar que leer es algo que alarga nuestros horizontes.

De lo que se trata es de dejar constancia de que uno de los grandes placeres de la vida es el de la lectura, y es triste ver cómo entre la juventud de nuestros días no se fomenta lo suficiente la creación de este hábito. Quien no lo ha adquirido no sabe lo que se pierde. La lectura es una combinación de placer, de adquisición de conocimientos, de discusión interna con grandes pensadores del pasado y quizá la forma más sublime de entretenimiento que existe. Vale recordar aquí la bella novela de Ray Bradbury Fahrenheit 451, título que hace referencia a la temperatura a la cual arde el papel. En esta obra distópica, uno de los objetos de la sociedad en la que vive el protagonista es destruir y quemar todos los libros existentes. Un grupo que se opone a la maniática idea, para preservar los libros, hace que cada miembro de ese grupo se aprenda un libro de memoria. Ese es un homenaje indirecto a la lectura y hace que uno considere cómo sería de horrendo un mundo sin libros.

Es por eso que hay que apoyar esa campaña de que un libro es un regalo ideal. El fomento a la lectura es dar la oportunidad a quienes lo reciben de saber que cada libro esconde un mundo que está al alcance de quien quiera abrirlo. Quizá por eso Jorge Luis Borges decía que el paraíso debía ser una inmensa biblioteca.

Respuesta de uno de los lectores de la columna de Manuel Drezner

Nelson (23874) 

Recuerdo con horror la fotografía de Alejandro Ordoñez en una plaza pública de Bucaramanga llevando la temperatura más allá de los 451 para quemar los libros en 1978. Años después dijo con cinismo que quemarlos fue y será un acto pedagógico y que lo volvería a hacer. Yo, ni siquiera quemaría un manifiesto del Opus Dei por respeto a la opinión ajena y en cambio el señor y sus seguidores me pondrían con gusto en la hoguera. Paz en la tierra a los lectores y para él, fuego eterno en el infierno.

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