En Boyacá, rellenos sanitarios de moda en los discurso políticos 

Por Jorge Armando Rodríguez Avella

Los rellenos sanitarios se han puesto de moda en los discursos políticos de todas las campañas electorales. Serían varios los motivos de esta inusitada ola de preocupación electoral. El primero se situaría en la necesidad de estar a tono con el discurso ecologista del presidente Gustavo Petro. Algunos candidatos se convirtieron al ecologismo, ante la innegable realidad de las catástrofes naturales que padece la humanidad en todo el planeta. Muy contados de estos ahora conversos son creíbles, otros ocuparon recientemente cargos de decisión y muy poco o nada se les vio actuar en este sentido.

Otra razón motivante –que animaría a los discursantes de promesas— es el reclamo que los boyacenses, en su conjunto, exigen para que se den soluciones a corto y mediano plazo ante la gravísima e inminente emergencia sanitaria, ocasionada por la sobreutilización de los rellenos, que llegará pronto y de forma generalizada.

En esta ocasión, creemos que el pueblo no está dispuesto a dejar pasar otros cuatro largos años sin se le den soluciones reales y tangibles para este problema crucial. Las autoridades han dejado pasar el tiempo sin siquiera proponer mentiras. Hasta esa actitud cínica han llegado.

El alcalde de Sogamoso y la gerencia de la Compañía de Servicios Públicos de la ciudad permitieron agravar la situación social y sanitaria del relleno Terrazas del porvenir, hasta llegar a su cierre sin ninguna argumentación válida, con el correspondiente castigo tarifario para los usuarios. Por su parte, las mayorías del Concejo Municipal, con una actitud de mirar hacia otro lado, mientras introducen las manos en sus bolsillos, es una muestra más del desamparo en que se encuentra la ciudad.

Igual se puede afirmar de los alcaldes de los 42 municipios que depositan sus residuos en las Terrazas del porvenir –ahora en el relleno de Pirgua, de Tunja— también se han hecho los de la vista gorda e insolidaria ante el próximo desastre ambiental de Sogamoso. Además, sabiendo que, de todas maneras, más temprano que tarde, tendrán que regresar a las Terrazas del porvenir.

De la autoridad ambiental, Corpoboyacá, desde siempre se sabe que es un laboratorio de influencias, malos manejos, componendas, corrupción y miles males más. Su pálida labor es una vergüenza porque ni se ruborizan sus directivos –delegados gubernamentales, alcaldes, altos funcionarios y grandes contratistas—ante lo evidente, ante las calamidades presentes y las que se avecinan.

Con similar actuación proceden los funcionarios que devengan altos salarios de las llamadas ias. A estos tampoco se les ven preocupaciones por la compleja situación ambiental causada, en parte, por la desidia, ineficacia e insensatez administrativa de quienes son objeto de sus controles e investigaciones.

Al contrario del famoso refrán “todos a una, como Fuenteovejuna” que es un llamado a la solidaridad, esta clase política ha dedicado sus ‘esfuerzos’ a llenar sus arcas personales con dinero de los erarios de las diferentes entidades territoriales y administrativas.

Quizás el elector medite un poco más antes de depositar su voto en la urna.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba