En medio de los Medios

La inmadurez del ELN es una muestra de debilidad

Los colombianos perdimos la cuenta de las cantidades de veces que la guerrilla del ELN ha pateado, de manera burda e insensata, las multitudes de ‘mesas de dialogo’, Otra vez se repite la historia. Los modales de su dirigencia cual adolescente, de más de cincuenta años, dudoso de su futuro y dudoso de su porvenir, reafirmarán, una vez más, ‘que la paciencia de los colombianos no es eterna´. Escribe el editorialista de El Espectador en su edición del 23 de febrero. 

La inmadurez del ELN es una muestra de debilidad

Editorial de El Espectador, 23/3/2024

La guerrilla del ELN ha quedado en evidencia durante estas negociaciones con el Gobierno de Gustavo Petro. A pesar de tener una oportunidad histórica con una Casa de Nariño apostándole de lleno a la paz, hemos presenciado tropiezo tras tropiezo fomentados desde el bando de los alzados en armas. El capricho más reciente, una amenaza de congelamiento de los diálogos, muestra a una comandancia que ha perdido control de sus bases, a una guerrilla fragmentada, a una delegación en los diálogos sin suficiente representatividad y deja en entredicho la posibilidad de llegar a un acuerdo final que se cumpla. Si la guerrilla no espabila y actúa con madurez, la única solución será que sigan siendo perseguidos por el Estado colombiano.

Hace apenas dos semanas las noticias desde la mesa con el ELN eran positivas. Se cerró un nuevo ciclo de negociaciones con la necesaria extensión del cese al fuego, con el pacto de un fondo multidonante y con la sensación de que la apuesta de paz total del Gobierno Nacional iba por buen camino. Sin embargo, esta semana la delegación de la guerrilla alzó los brazos para armar un escándalo. En un comunicado escribieron: “Sin ser de nuestra responsabilidad lo acontecido, los diálogos entre el ELN y el Gobierno Nacional entrarían en una fase de congelamiento mientras el Gobierno se disponga a cumplir lo acordado”. Aunque no dan muchos detalles, expresan inconformidad con unos diálogos regionales anunciados en Nariño entre la Gobernación de ese departamento y la estructura llamada Comuneros del Sur. Palabras más, palabras menos, los comandantes del ELN se sienten desautorizados porque una entidad territorial hable con un fragmento de esa guerrilla.

El Gobierno del presidente Gustavo Petro respondió de la única manera que podía. En un comunicado, la Casa de Nariño dijo: “Las decisiones que unilateralmente tome el ELN son su entera responsabilidad y conducen a generar una crisis innecesaria que prolonga la confrontación armada y la violencia que sufren las comunidades, así como a debilitar la confianza de la sociedad colombiana en su voluntad de paz”. Estamos de acuerdo y queremos hacer énfasis en dos palabras utilizadas: crisis innecesaria. Eso es lo que está haciendo la comandancia del ELN porque, al parecer, les molesta que quede en evidencia su debilidad.

Que una estructura de la guerrilla pida pista en la paz total por su cuenta y se acerque a la Gobernación de Nariño confirma lo que han dicho expertos en seguridad: el ELN no tiene control de mando en todo el país. Por su naturaleza y por la manera en que se ha desarrollado el conflicto, la comandancia no tiene tanto poder como dice tener. El contraste de una delegación compuesta por guerrilleros envejecidos con unas estructuras diseminadas por el país y dejadas a su propia suerte es notable. No hay lugar a equívocos: que el ELN ahora patee la mesa de negociación se debe a un ego herido.

Por eso mismo, la delegación debería volver a sentarse y reconocer que la oportunidad histórica es ahora. El proceso está avanzado y el Gobierno Nacional ha cumplido. Insistimos: la paciencia de los colombianos no es eterna.

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