La plaza pública digital: el nuevo escenario de campaña rumbo al Congreso

La política colombiana dejó de concentrarse únicamente en las plazas de piedra y tarimas con parlantes. Hoy, la contienda electoral también se libra en pantallas y dispositivos móviles, donde miles de ciudadanos se conectan para escuchar, cuestionar y acompañar a los aspirantes al Congreso.
En Colombia, la plaza pública ha sido históricamente el corazón de la política. Allí, entre discursos, arengas y banderas, los candidatos buscaban persuadir a la ciudadanía y ganar respaldo popular. Sin embargo, en plena era digital, este escenario ha comenzado a trasladarse a otro espacio: las redes sociales.
Cada vez más aspirantes optan por la plaza pública digital, un formato que mezcla la tradición del mitin con la inmediatez y masividad de las plataformas en línea. La tendencia se explica tanto por cambios en el consumo de información como por las nuevas dinámicas de interacción política.
Un caso ilustrativo fue el de un candidato que organizó su “mitin virtual” a través de Facebook Live. En lugar de tarima y altavoces, el escenario fue una transmisión en directo con producción básica pero efectiva: cámara fija, sonido claro y gráficos de apoyo. El mensaje, que en otro tiempo habría convocado a unas centenas en un parque, llegó a miles de espectadores conectados desde distintas regiones del país.
La estrategia digital va más allá del en vivo. Los equipos de campaña activan un ecosistema multicanal: videos breves en TikTok e Instagram para conquistar a los más jóvenes, frases clave en X con hashtags diseñados para posicionar tendencias y encuestas rápidas en historias que simulan interacción directa. El resultado es un mitin con múltiples ventanas, que combina transmisión, diálogo y segmentación.
La plaza digital rompe con las limitaciones físicas. Donde antes se reunían 500 asistentes, ahora participan miles desde veredas, municipios intermedios e incluso desde el exterior. Este alcance, junto con la capacidad de segmentar mensajes por edad, intereses o región, convierte a las redes sociales en un recurso estratégico de las campañas legislativas.
Pero la interacción no concluye con la transmisión. Los videos se republican en YouTube, se fraccionan en clips para TikTok y se refuerzan con canales de WhatsApp que recogen propuestas ciudadanas. Se busca recrear la cercanía del contacto directo, adaptada al lenguaje de lo digital.
Pese a esta transformación, los analistas advierten que el mitin físico no desaparecerá: en muchas regiones sigue teniendo un fuerte valor simbólico. Lo digital, sin embargo, representa un cambio cultural de fondo. Los votantes esperan cercanía, respuesta inmediata y mensajes breves; quienes entiendan esta lógica, tendrán ventaja en la contienda.
De cara al 2026, la plaza pública digital se perfila como un componente central de las campañas. No solo amplifica el mensaje, también democratiza el acceso al debate político, permitiendo que ciudadanos que nunca asistirían a un mitin físico puedan participar y opinar.
En este nuevo escenario, los candidatos enfrentan un doble desafío: adaptarse a los códigos de las redes sociales sin sacrificar la profundidad del debate. La plaza ya no es solo el parque principal: está en los teléfonos de millones de colombianos.
Por: Orlando Álvarez Pérez