¿Cómo afrontar las emociones con la desaparición de un ser querido?

La desaparición de un ser querido desencadena un trauma psicológico profundo que afecta a individuos en todo el mundo. Este fenómeno desgarrador sume a las personas en la incertidumbre, generando un impacto emocional devastador.

La incredulidad suele ser la primera reacción, la mente lucha por aceptar la desgarradora realidad. Esta lucha interna conduce a sentimientos de shock y confusión. Las familias atraviesan una montaña rusa emocional, desde la esperanza hasta la desesperación, mientras buscan desesperadamente respuestas sobre el paradero de su ser querido.

La falta de respuestas concretas contribuye a la construcción de un estado constante de ansiedad, las familias quedan atrapadas en un limbo emocional, sin saber si deben aferrarse a la esperanza o iniciar el proceso de duelo. A ese dolor, normal en la pérdida, se suma la duda y la falta de certezas. La incertidumbre prolongada puede desencadenar estrés postraumático, afectando la salud mental a largo plazo.

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La búsqueda activa de la persona desaparecida puede volverse obsesiva, ya que los familiares luchan por encontrar pistas que arrojen luz sobre lo sucedido. La falta de cierre, dificulta el proceso de duelo, prolongando el dolor emocional.

La sociedad desempeña un papel crucial en la gestión del trauma. El estigma social y la falta de comprensión pueden hacer que los familiares se sientan aislados en su dolor. Brindar apoyo psicológico y emocional es esencial, ya que el aislamiento puede intensificar los efectos del trauma.

La desaparición de un ser querido puede tener repercusiones físicas y emocionales. Los síntomas comunes incluyen insomnio, pérdida de apetito, problemas de concentración y un aumento del estrés. Estos efectos impactan negativamente en la salud general de los familiares, complicando aún más la capacidad de enfrentar la situación.

Por ello, es importante contar con recursos de apoyo, como terapia psicológica, acompañamiento, permitir el desahogo y la esperanza, es crucial en la recuperación de los familiares afectados. Estos recursos ofrecen un espacio seguro para expresar emociones, compartir experiencias y obtener orientación profesional para manejar el trauma de manera saludable.


Diego Fernando Pinto Naranjo
Psicólogo
fundador del grupo Reconstruyete Salud Mental

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