Opinionpor: Rafael Mejía A.

♫ CUCURRUCUCÚ…♫

♫ CUCURRUCUCÚ…♫

Este es un mensaje de aliento para los uribistas que aún no han podido deglutir el triunfo de la izquierda en Colombia. Los entiendo, no debe ser fácil.

Entiendo que no debe ser fácil estar acostumbrados a chasquear los dedos y tener un séquito de esclavos negros humillados plegándose a los pies del inefable e infalible amo para, contra su voluntad, satisfacer cualquier caprichito mundano y de un momento a otro ¡plop!  el mundo les cae encima. Debe ser traumatizante que hasta hace unos meses hablaban del Petro y ahora, por lo menos en público, les toque decir el señor presidente Petro. Los entiendo.

Referían alguna vez en Nicaragua una anécdota en la cual el yerno gringo de Tacho Somoza se ufanaba de que “mi suegro tener una finca grande, grande, grande… hasta con indios propios.” En el departamento del Cauca, la familia de la senadora Valencia, uno de los ‘cerebros’ de la oposición inteligente, ha querido hacer lo mismo con las tierras y los indígenas de este bello territorio. Cínicamente, ella y la señora Cabal aducen que unos peladeros casi en los páramos, donde no se amañan ni las cabras, son tierras productivas y que “de qué se quejan esos indios si tierra es lo que tienen”.

Por algo se les rebotó Manuel Quintín Lame: han sido esclavistas y pretenden seguir con la mañita. Por eso… los entiendo, no debe ser fácil.

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Los entiendo, debe ser bien difícil ver que “un montón de igualados” esté paseándose como volador sin palo por la casa de Nariño, y que un “chusmero” esté sentado en el solio de Bolívar cuando ahí debería estar un Valencia, un Iragorri o un Mosquera, carachas, y en el gabinete pura gente de bien: Uribes, Sarmientos, Pastranas y demás miembros de nuestra rancia aristocracia.

Debe ser altamente traumatizante que el señor ese Petro nombre en ministerios y altos cargos a una horda de plebeyos sin consultarle a sus majestades. Hay que hacer una reforma constitucional para que desde el Ubérrimo o cualquier otra madriguera le den el visto bueno a cualquier nombramiento, no vaya a ser que se cuele un guache sin linaje y sin blasones. Eso no va a suceder, así que… los entiendo. Alisten omeprazol para cuatro años.

No debe ser fácil para la derecha que, a pesar de tener periodistas prepagos en sus nóminas, el enorme desfalco, la podredumbre, la desfachatez, el descaro y el cinismo, ya no se va a poder tapar. Ha hecho carrera aquello de “que roben pero que hagan”. Estos bandidos con Duque a la cabeza no hicieron, pero sí se robaron hasta la raspa con todo y olla.

La desesperación debe ser tenaz cuando empiecen a caer como fichas de dominó todos los robos y fechorías que cometieron; tanto que no les alcanzaron los cuatro años y hasta minutos antes de la posesión de Petro, el señor Duque andaba firmando indelicadezas. A propósito de indelicadezas, unos diplomáticos nombrados por el gobierno anterior andan como garrapatas aferrados a los consulados donde fueron nombrados sin ningún mérito, entre ellos, Pedrito Valencia, el hermano de adivinen quién. Pobre muchacho, ¿ahora qué irá a hacer si lo suyo es vivir de nuestros impuestos? Por eso los entiendo.

Debe ser muy jodido ver cómo un sujeto sin títulos nobiliarios llegue con ideas como darles un auxilio pensional a unos viejecitos que nunca han podido cotizar a un fondo de pensiones porque la informalidad en la que sobreviven no les da sino para comer una vez al día y que parte de esa platica vaya a ellos y no a proyectos fallidos como el puente del Chirajara o a la construcción de grandes centros comerciales como se ufanan los hijos del innombrable. Debe ser doloroso ver que de aquí en adelante -para nuestros apesadumbrados nobles- esa platica se va a perder. Los entiendo.

El culillo debe ser tenaz, si a un mes y pico de gobierno de Petro, a la familia de nuestro prócer, El gran colombiano (ver foto), lo obligaron a devolver a la brava 8,3 hectáreas de un baldío llamado El Laguito II que se pensaba robar y que don Sarniento Angulo ponga las barbas en remojo porque le va a tocar devolver 13 mil hectáreas de baldíos que se encontró paseando por ahí por el Llano, porque el Llano es lindo. Por eso los entiendo.

Debe ser enormemente frustrante para esa acongojada gente de bien que el problema de los bloqueos en la represa de El Guavio se haya tenido que resolver así nada más, dizque hablando, en lugar de haber aprovechado la oportunidad para echarles el ESMAD y reafirmar de una vez por todas que, así sea en un gobierno de izquierda, a esa indiamenta toca es a garrote limpio pa’ que afinen. Hubo diálogo, concertación y, en consecuencia, solución. No hubo bala ni sangre, ni desaparecidos ni encarcelados: por eso… los entiendo. 

Así que, mis estimados y nunca bien ponderados descendientes de la realeza española, que se creen descendientes de Alfonso X, El Sabio… los entiendo, pero pueden ir desconchinflándose porque el guayabo les va a durar más de los cuatro años… y la Paloma de la oposición va a terminar como la paloma de la canción: ♫ Cucurrucucú ♫

Por Rafael A. Mejía A.

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