El Congreso de Colombia aprueba la ley contra el ruido
El Congreso de Colombia aprobó este martes, en su cuarto y último debate, la esperada ley contra el ruido, que busca actualizar y unificar las normas relacionadas con la contaminación acústica. La plenaria del Senado, que en ocasiones alcanza niveles sonoros de hasta 90 decibelios, ha dado un paso importante en la lucha contra el ruido excesivo, una de las principales fuentes de contaminación ambiental en el país.
El proyecto de ley, impulsado por el representante a la Cámara Daniel Carvalho del partido Verde Oxígeno, tiene como objetivo armonizar las 17 normas nacionales existentes sobre ruido, muchas de las cuales resultaban dispersas y confusas. Según Carvalho, la nueva normativa aclara las responsabilidades de las autoridades y establece una ruta de atención más eficiente para los ciudadanos, evitando que las instituciones se “paseen la pelota” sobre la responsabilidad de resolver las quejas.
Una de las principales novedades de esta ley es la actualización de los niveles máximos de emisión de ruido establecidos en 2006, los cuales no se habían revisado en casi dos décadas. El Ministerio de Ambiente tendrá un plazo de un año y medio para revisar estos límites y actualizar la reglamentación. Se incorporarán nuevas herramientas, como mapas estratégicos de ruido, indicadores para medir la contaminación acústica y la definición de zonas acústicamente saturadas, que requerirán medidas especiales para reducir los niveles de sonido.
Los nuevos parámetros también buscarán establecer un control más estricto sobre las fuentes de ruido más problemáticas, como el tráfico vehicular, las motos con escapes modificados y las fiestas vecinales, que son responsables de muchos de los niveles de ruido por encima de los límites permitidos. En ciudades como Bogotá, Medellín y Cali, el 25% de los habitantes están expuestos a niveles sonoros superiores a los establecidos en la ley.
La ley también involucra a las alcaldías de los municipios con más de 100.000 habitantes, las cuales tendrán un plazo de un año y medio para redactar un plan de acción para gestionar el ruido en su territorio. «Pese a la agudeza del problema, las autoridades no cuentan con suficientes herramientas para controlar el ruido», señaló el abogado Camilo Quintero, parte del equipo de trabajo del representante Carvalho y uno de los técnicos detrás del proyecto.
Con esta medida, Colombia da un paso decisivo para mitigar los efectos negativos de la contaminación acústica, que afecta la salud de millones de personas, contribuyendo al estrés, trastornos del sueño y problemas de audición.