Opinion

PROYECTO DE LEY E INTERPRETACIÓN DE LOS ANALFABETAS

Por: Manuel Álvaro Ramírez R.

Uno no alcanza a entender si a los periodistas definitivamente los obligan a mentir o realmente su capacidad de lectura es tan limitada.

El pasado primero de septiembre el Gobierno Nacional radicó el presupuesto para 2026 acompañado de una ley de financiamiento que fue donde se enfocaron las noticias tendenciosas, para crear confusión y sobre todo miedo en la gente para seguir además sembrando odio a partir de la desinformación.

El proyecto está elaborado de manera juiciosa y con un manejo de las finanzas responsable pues de aprobarse deja solucionado un problema al siguiente gobierno, no importa quien suceda al Gobierno del Cambio. Gustavo Petro está asumiendo un costo político al proponer gravámenes, algunos muy impopulares como suelen ser todos los impuestos cuando tocan a la gente de a pie, pero que el Presidente tiene que asumir por el hueco que dejó Duque al asumir una deuda de corto plazo que con el pretexto del Covid19 sirvió para transferir recursos públicos a los banqueros.

Vayamos en orden. Se dijo primero en las redes sociales y no faltó el ‘periodista’ aquí sí son válidas las comillas, que replicara como cierto un escrito apócrifo bajo el título “Los impuestos que acaba de anunciar Petro” y que comienza con las siguientes afirmaciones: 19% por ir a un restaurante; 19% por ir a un concierto; 19% por ir a un evento, y así una serie de afirmaciones tendenciosas que faltan a la verdad.

Hay que decir, que hay cosas en el proyecto muy inconvenientes y que serán objeto de comentarios en el presente escrito. Pero empecemos por revisar lo que dice para evitar tanta desinformación. Se dice que se van a grabar las cuotas de administración de los conjuntos residenciales y edificios. Falso. Absolutamente falso. Lo que dice el artículo 2º es lo siguiente: “Servicios de parqueaderos y explotación de zonas comunes. [ . . . ] Se excluirán de lo dispuesto en este artículo, las propiedades horizontales de uso residencial; en consecuencia, no son responsables del IVA”. Lo que sucede es que hay conjuntos de propiedad horizontal, que prestan servicios de parqueaderos, alquiler de salones, piscinas y servicios por los cuales cobra unas tarifas. Es en esos casos que sí se cobra el Impuesto al Valor Agregado.

El proyecto apunta hacia los más ricos al imponer un impuesto a patrimonios que estén por encima de los $1,992 millones, aunque toca tangencialmente a la clase media de ingresos que están por encima de los $4´731,000. Aquí tocó tragarse ese sapo pero por lo menos se sabe que el Gobierno los invertirá en programas sociales, pese a los Sneider y los Olmedos.

Ahora, hay un punto que podríamos llamar controversial, para nominarlo de alguna forma, porque toca el bolsillo de mucha gente, aunque el Presidente se empecine en decir que los afectados son los propietarios de las camionetas 4X4, punto a todas luces discutible porque aunque sean estos los mayores consumidores, también afecta a mototaxistas, moteros, domiciliarios y transportadores informales, tan comunes en Ciudad Bolívar en Bogotá, Agua Blanca en Cali o algunas comunas en Medellín, sin que la lista se agote en esos sitios. Se trata del impuesto, que está a tono con el contexto global porque busca desestimular el uso de combustibles fósiles para tratar de buscar otras alternativas. El gravamen propuesto es del 10% a la gasolina y el ACPM en 2026 y la tarifa general del 19% a partir de 2027. Por ahí van a atacar la reforma y la gente respirará tranquila por unos días, si tumban ese artículo. Ojalá Petro logre poner sucesor porque de lo contrario vendrá una arremetida de impuestos agresiva justificada por el resquebrajamiento de las finanzas que dejó Petro. Con ese cuento subió Milei en Argentina y los electores apenas están cayendo en cuenta de que metieron las patas.

El Gobierno propone también gravar los juegos en línea que hoy no pagan nada pero cuyos montos son muy considerables y en continuo crecimiento. Además busca que las empresas que extraen combustibles fósiles paguen parte de lo que la Corte Constitucional tumbó en la reforma tributaria, gracias a la demanda de la defensora de los derechos feudales Paloma Valencia.

Es cierto que el gravamen busca recursos para financiar los programas sociales del Gobierno y que un impuesto a los combustibles ayudaría mucho a lograr los resultados que esperan en el Ministerio de Hacienda, pero la madera que va a recibir el Presidente en un año electoral no va a ser poca cosa, comenzando obviamente por los desinformadores pero incluso por muchos de sus partidarios, aunque no por eso dejarán de serlo.

Otro renglón que resultará afectado por el proyecto de ley serán las cervezas y los licores, los cuales se gravarán tomando como criterio los grados de alcohol, pero estas bebidas entran en la categoría de los llamados bienes inelásticos, lo que quiere decir que a pesar de los impuestos que le pongan las personas seguirán consumiendo, el chistecito de que es preferible perder sangre que licor, cobra aquí especial significado.

Esperemos pues el debate, porque el ambiente no es para nada propicio y aunque la intención es buena, dicen que de ellas está tapizado el camino al infierno, pero aún nadie ha vuelto de allá para corroborar el adagio.

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