OpinionPor: Jorge Armando Rodríguez Avella

De paseo por Sogamoso – MAQUINARIA PARA LOS CONCEJALES Y SUS VOTOS

De paseo por Sogamoso

En mi último paseo por Sogamoso estuve visitando a unos parientes del campo, los noté muy desalentados, no solamente por la pandemia, sino también porque, según me contaron, el estado de las vías se ha deteriorado afectando su movilidad. Ya lo había constatado cuando fui por los caminos que conducen a su vivienda, pero ignoraba los motivos de esa degradación.    

Mis parientes saben que Sogamoso cuenta con aproximadamente 330 kilómetros de vías en su sector rural. Aunque es evidente, conviene recordar que la población del centro de la ciudad depende en buena medida de los productos que se cultivan y se preparan en la ruralidad sogamoseña. Aparte de que su importante población forma parte integral del municipio con derechos y obligaciones ciudadanas.

Los justísimos reclamos que actualmente presentamos la población rural de Sogamoso –me dicen mis parientes–  son porque la Administración municipal se le olvidó que una de nuestras necesidades elementales para solucionar es la movilidad y hoy estamos padeciendo el deterioro continuo de las vías. Hace un poco más de tres años el Municipio, con la anterior administración, adquirió un banco de maquinaria amarilla para este sector o por lo menos así se dijo y estuvo aquí permanentemente casi tres años.

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Según mis parientes, la situación vuelve a presentarse como era antes de la adquisición de la maquinaria y que durante mucho tiempo fue la manera como se hacían notar los políticos tradicionales ante las comunidades. La Secretaría de Infraestructura se niega a prestar el servicio de maquinaria a los diferentes sectores del campo.

  • Pero si usted trae la autorización de una o un concejal, la cosa cambia…  Fue la respuesta que me dio el funcionario como alternativa –narró mi pariente cuando fue a pedir el arreglo de unas vías de la vereda.
  • ¿Es decir que los bienes del Estado, adquiridos con los impuestos de los contribuyentes, están sometidos a las prerrogativas y voluntad de tal o cual concejal, que no contribuye más que cualquier ciudadano pero que sí se le pagan sus honorarios con dineros del erario municipal? No soy abogado, pero creo que esto es un delito –continuó el pariente.
  • Esta situación es un retroceso y muestra a las claras que como partido alternativo, es más retardatario que los que toda la vida nos han gobernado, le respondo. En teoría, Rigoberto Alfonso Pérez, el alcalde verde debería estar volcado en el campo ayudando a que la economía del Municipio sea más sostenible, existan más espacios verdes, más facilidades para el campesino en su labor diaria de ofrecer productos sanos y para que los puedan acercar directamente a los consumidores.

Esta situación ocurre a unos meses de la próxima campaña electoral, cualquiera podrá imaginar las marrullerías que se presentarán –extorsión, chantaje– unas semanas antes en torno a la prestación de servicios públicos, por parte de funcionarios y concejales en búsqueda de votos.

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Estuve averiguando opiniones y encontré que según el Consejo Territorial de Planeación, CTP, en su informe sobre el Plan de desarrollo Sogamoso, tarea de todos y refiriéndose a las vías terciarias anota lo siguiente: Solamente se proyecta arreglar y mantener 105 kilómetros de vías rurales de los cerca de 380 con que cuenta el municipio, es decir que el 70% no tendrá intervención alguna.

De igual manera recomienda el CTP en su análisis del  Plan de Desarrollo,  Continuar con el banco de maquinaria para apertura, arreglo y mantenimiento de la malla vial rural y además Ampliar el número de kilómetros a intervenir en el sector rural.

Hasta ahora la intervención en esas vías –dice mi pariente– ha sido mínima y me han contado que unas máquinas las han usado para arreglar vías que favorecen solamente las propiedades de familiares de concejales.

Me voy de regreso pensando que, con ya casi la mitad del camino recorrido y con un avance en el arreglo de las vías rurales en un porcentaje mínimo, lo más seguro es que al verde Rigoberto le quedaron grandes sus promesas y metas del Plan de desarrollo y muy reducida su capacidad de cumplimiento.

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