El fin está cerca
Quizás nadie esperaba una respuesta tan despiadada a la acción de Hamás del 7 de octubre del año pasado, pero curiosamente el resultado militar será completamente opuesto al político pues si bien Israel arrasó con lo que quedaba de Palestina, ese triunfo militar no va a tener ni punto de comparación con lo que a la postre significará para Palestina como Estado.
La verdad es que la organización de Hamas saldrá fortalecida de toda esta contienda, sus dirigentes se ganaron el respeto de su pueblo y de buena parte del mundo, así de dientes para afuera a algunos les toque tragarse el sapo de condenar las actividades que los medios se han encargado de tildar de terroristas. Pero no, no se han escuchado voces pidiendo a Hamás que se rinda y que devuelva a los rehenes judíos y más bien ha habido una solidaridad universal, pero lo más importante de todo, es que el mundo, por fin, comenzó a entender un poco el problema árabe- israelí. Ya, fanatismos aparte, poca gente cree que el pueblo elegido de dios sea uno capaz de cometer los crímenes que el mundo ha visto en vivo y en directo.
A la orden de arresto que el fiscal de la Corte Penal Internacional Karim Khan emitió contra el primer ministro Benjamín Netanyahu y otros miembros de su gabinete, se suma ahora el reconocimiento que España, Irlanda y Noruega le hicieron a Palestina como Estado y el gobierno de Israel, sin dejar su plan de exterminio, ha ordenado a su equipo negociador volver a sentarse a la mesa con Hamás; ya se ha visto que las conversaciones no serán para pedir la claudicación del Grupo que gobierna Palestina y que éste no es un hueso fácil de roer ni está dispuesto a claudicar. Sabe que su pueblo ya no tiene nada que perder y ha demostrado que aún con hambre y soportando todo el dolor que los judíos le han causado, venderán carísima su derrota.
No habrá una rendición incondicional ni se cobrarán los costos de reparación que los vencedores acostumbran a cobrar a los vencidos.
Pero hay un ingrediente adicional, los Estados Unidos jugarán un papel importante y uno de los llamados tanques de pensamiento que asesora al candidato Trump, recomienda obligar a los países vecinos a pagar la reconstrucción de Gaza. Difícil saber que responderán éstos y la retórica se puede quedar en eso. Recordemos a propósito, que en su primer mandato el entonces presidente planteó la construcción de un muro que separara a los Estados Unidos de México y que este último debería pagar por semejante disparate. Afortunadamente, el presidente Andrés Manuel López Obrador se paró en la raya y dio lecciones de dignidad a las que usualmente los mandatarios norteamericanos no están acostumbrados, pues los mandatarios al sur del Río Bravo, habían sido dóciles y obedientes.
La parte realmente complicada va a ser delimitar las fronteras pues Hamas insistirá en mantener las que existían en 1967, antes de la Guerra de los Seis Días. Israel tendría que devolver los altos del Golán a Siria, y los palestinos exigirán un territorio continuo y no ese rompecabezas en que los judíos han convertido a la franja de Gaza y Cisjordania. De hecho, al día de hoy no existe un mapa oficial de Israel ya que este varía a medida que los colonos o los militares van ocupando territorio y esa ocupación hace de las fronteras de Israel unas líneas sumamente elásticas.
En síntesis, es muy posible que Israel, ante la presión internacional cada vez más enérgica pondrá fin a las acciones bélicas, liberará algunos presos palestinos pero no renunciarán a los territorios que se han venido robando sistemáticamente desde 1948 y que son el verdadero detonante de la reacción de Hamas u otros grupos que surjan en el futuro mientras los judíos se sigan comportando como el matón del barrio.
Manuel Álvaro Ramírez R.
Magíster en Economía
Universidad de los Andes