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El misterio del pez graso en el Lago de Tota: ¿Extinto o aún oculto en sus profundidades?

Durante más de dos décadas, científicos han buscado al enigmático pez graso del Lago de Tota, Boyacá, una especie declarada extinta en 2012 y posteriormente reclasificada en peligro crítico en 2015. A pesar de los esfuerzos por hallarlo, sigue sin aparecer, y ahora, la técnica del ADN ambiental es la última esperanza para confirmar si ha desaparecido para siempre.

El pez graso, descubierto por el investigador Cecil Miles en 1942, es una especie única en el mundo que habita a más de 3,000 metros sobre el nivel del mar. Este pez, adaptado a las frías aguas del lago, acumula grasa en su cuerpo, lo que podría haberle permitido sobrevivir en estas extremas condiciones. Sin embargo, la información sobre él es escasa y los registros de su existencia son pocos.

Foto: Instituto Humboldt

Carlos A. Lasso, biólogo del Instituto Humboldt, ha liderado esta búsqueda obsesiva, utilizando diversas técnicas, desde redes hasta inmersiones subacuáticas. Sin éxito, ha recurrido a la técnica del ADN ambiental, que permite detectar rastros genéticos en el agua para identificar la presencia de una especie.

Esta tecnología ha sido implementada solo en contadas ocasiones en Colombia y podría ser crucial en este caso. Si se encuentra un «código genético» desconocido en el Lago de Tota, podría ser la confirmación de que el pez graso sigue vivo. De lo contrario, significaría su extinción definitiva.

Este pez, de la familia de los bagres, no ha dejado rastros ni en las leyendas indígenas ni en el arte rupestre de la región, lo que añade un velo de misterio sobre su existencia y su desaparición. Los científicos esperan que los resultados del ADN ambiental despejen este enigma y puedan zanjar, de una vez por todas, el destino del pez graso del Lago de Tota.

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