El impacto psicológico del feminicidio y la necesidad de la acción colectiva

El feminicidio es una realidad devastadora que deja secuelas psicológicas profundas en los familiares de las víctimas. Estas consecuencias emocionales son el resultado del dolor, la pérdida y la indignación que experimentan las personas que han perdido a una mujer amada en un acto de violencia de género.

El impacto psicológico del feminicidio en el núcleo familiar abarca una amplia gama de emociones. En primer lugar, la tristeza y el dolor son abrumadores. La pérdida repentina de una hija, hermana, madre o amiga deja un vacío inmenso en el corazón de quienes la conocían y amaban. El duelo que se experimenta puede ser intenso y prolongado, afectando la salud mental y emocional de quienes la rodean.

Además del dolor, la impotencia y la ira son respuestas comunes ante el feminicidio, al no poder evitar la tragedia y al no poder hacer justicia por sí mismos. La indignación surge al confrontar la injusticia de un acto de violencia de género y la falta de protección y justicia hacia las mujeres.

La culpa también puede ser una secuela psicológica significativa. A menudo, los familiares se preguntan si podrían haber hecho más para prevenir el feminicidio o si pudieron haber advertido los signos de peligro. Esta culpa es irracional y dañina, ya que los responsables de la violencia y el feminicidio son los agresores y la sociedad que perpetúa la desigualdad y la violencia de género.

El miedo y la ansiedad son otros efectos psicológicos que afectan a los familiares de las víctimas de feminicidio. La pérdida de una mujer a causa de la violencia de género crea una sensación de inseguridad y vulnerabilidad en los seres queridos. El temor a que esto pueda sucederles a ellos o a otras mujeres de su entorno es constante y angustiante.

Es importante destacar que estos efectos psicológicos pueden tener consecuencias a largo plazo en la salud mental y emocional de los familiares. La depresión, los trastornos de ansiedad y el estrés postraumático son trastornos comunes que pueden requerir apoyo profesional y terapéutico para su manejo y recuperación. Por ello, es importante contar con ayuda profesional desde el primer momento de la perdida.

También es importante recordar que tanto el Estado como la sociedad misma son responsables de garantizar una vida libre de violencia a todas las mujeres. Es por esto que la ciudadanía debería ser más activa en su veeduría y ser crítica frente a las instituciones para garantizar cumplimiento de las normas, hasta que no haya ni una mujer más asesinada.

Y, por último, el país cuenta con canales de atención como la Línea Púrpura o la línea 155 donde las mujeres pueden realizar denuncias con ocasión a la violencia de género.

DIEGO PINTO

Psicólogo

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