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El problema de los mal parqueados

La pesadilla de los carros y motos mal parqueados se ha convertido en una realidad diaria en la ciudad. No hay zona que se libre de esta problemática, ni vía que no termine congestionada debido al comportamiento irresponsable de muchos conductores. La mayoría de estos conductores son conscientes de su error y suelen justificarse diciendo que no encontraron un parqueadero cercano o que solo se detendrán unos minutos.

El alcalde Carlos Fernando Galán ha decidido enfrentar este problema, que junto a las infracciones por pico y placa, es una de las principales causas de comparendos en la ciudad. Estacionar en zonas prohibidas conlleva una multa de 650.000 pesos, equivalente a 15 SMDLV, según el Código Nacional de Tránsito Terrestre, Ley 769 de 2002, artículo 76, y el artículo 21 de la Ley 1383 de 2010. Esta normatividad prohíbe estacionar en andenes, zonas verdes, espacio público destinado para peatones, recreación o conservación, entre otros lugares.

Este mal comportamiento no solo afecta el flujo vehicular, sino que también obstaculiza a los peatones, quienes ya tienen que lidiar con ventas ambulantes y basura en las calles. Es un problema que ha existido por años y que pocas veces ha recibido la atención necesaria. Iniciativas dispersas han intentado abordar el problema, pero sin éxito significativo.

Los locales comerciales y restaurantes suelen guardar silencio frente a esta situación, al igual que los peatones, que prefieren no enfrentar a los conductores por temor a reacciones violentas, especialmente de motociclistas. Los camiones de logística y carga también contribuyen al caos, sin respetar horarios ni zonas para sus actividades.

La señalización en las vías no es insuficiente, y los conductores no desconocen la ley; simplemente, se ha normalizado este tipo de comportamiento al punto de que los vehículos mal parqueados ya son parte del paisaje urbano. Para revertir esta situación se requiere no solo de mayores controles y sanciones por parte de las autoridades, sino también de una pedagogía efectiva.

El desafío no será fácil, pues la implementación de estas normas suele generar protestas de taxistas, motociclistas y otros conductores que se resisten a la aplicación de la ley. Sin embargo, la administración actual muestra voluntad política para abordar el problema, aunque es necesario que estas acciones sean consistentes y no se queden en meros anuncios de buenas intenciones.

Para resolver esta problemática, es esencial un compromiso continuo y decidido. Solo así se podrá mejorar la movilidad y calidad de vida en la ciudad, transformando las calles en espacios ordenados y respetuosos para todos.

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