La gran jugada contra la agresión de Rubiales

Se dio inicio a las eliminatorias para la Copa Mundo y los señores de la Selección Colombia, tal vez hagan lo posible por evitar lamentable vergonzoso fiasco de la pasada. Sin embargo, lo que todavía ronda en el ambiente es el beso en la boca que, el exdirector técnico del fútbol español, le dio a la estrella Jennifer Hermoso. Muchos creyeron que era una situación banal, baladí, sin importancia, más sin embargo lo sucedido fue la gota que desbordó el vaso. Han sido muchos años de ignominia machista que van desde ‘inocentes’ reinados de belleza hasta el deporte mismo, pasando por los ‘deberes’ caseros cotidianos que la mujer debe soportar en su diario vivir.

La columna que ofrecemos hoy fue publicada en el portal www.razonpublica.com y fue escrita por Yolanda Puyana quien es trabajadora social, magíster en Estudio Integral de la Población y Terapeuta sistémica, profesora, investigadora e integrante del grupo de Mujer y Sociedad. Y María Clara Salive Puyana una destacada profesional en Estudios Literarios, doctora en Arte y Arquitectura. lleva 15 años dedicada al estudio de la moda en Colombia, desde una perspectiva sociológica.

[Y si eso ocurrió en España que lleva décadas poniendo en práctica una política de equidad de género ¿Qué les espera aún a las deportistas y mujeres, en general, en Colombia?]

Una gran jugada: la lucha feminista contra la agresión de Rubiales

Escrito por Yolanda Puyana – María Clara Salive Puyana septiembre 3, 2023

Muchos salieron en defensa de lo inaceptable, pero los medios y la lucha feminista lograron sanciones contundentes para Luis Rubiales.

La naturalización del acoso

Acoso es Acoso. Relativizar esta tautología, en apariencia obvia, contribuye a la naturalización de comportamientos inaceptables, como el que tuvo Luis Rubiales con la futbolista Jennifer Hermoso al besarla en la boca sin su consentimiento durante la celebración del triunfo de España en el Mundial Femenino.

La solidaria y contundente respuesta de las 80 jugadoras y jugadores de fútbol o la pancarta de “Todos somos Jenni” que presentaron los futbolistas del Cádiz, entre las muchas manifestaciones de rechazo, muestran bien la importancia de hacer oposición y de la efectividad de estas reacciones.

Pero la reacción de la Federación Española de Fútbol, que en un principio contraatacó y amenazó a las jugadoras, justifica una mirada más cercana a este episodio.

Además, comentarios como el del futbolista español Andrés Iniesta, quien insinúa que hablar tanto de este beso opaca el triunfo de España, hacen pensar en la necesidad de analizar el cas0 en voz alta. Mas aun cuando se sabe que Hermoso fue presionada por la Federación para que le restara importancia al acto abusivo.

Los resultados de la presión

La viralización de los videos y la reacción de los medios evitaron que se pasara por alto el rechazo al abuso cometido por Rubiales. Y ayudaron al cumplimiento de las sanciones disciplinarias contra el –hasta ese momento– director de la Real Federación Española de Futbol.

Estos son algunos problemas o efectos negativos:

La reacción de las mayorías en España debería volverse una constante en toda Latinoamérica y el mundo, con miras a deconstruir los micromachismos y todas las formas patriarcales que legitiman las violencias basadas en género

Foto: Facebook: Real Federación Española de Fútbol – La viralización de los videos y el rechazo de los medios ayudaron a que las sanciones contra Luis Rubiales se cumplieran.

Ya no es normal que la violencia machista se pueda acallar y que se cataloguen como “feministas exageradas” a quienes condenan, piden que no haya excusas, ni acusaciones contra Jenni para relativizar un hecho que indudablemente se enmarca en la violencia basada en género, como un caso de acoso sexual.

En comparación con el resto de Europa, en España las cifras de violencia contra las mujeres son muy altas, pero también existe una lucha muy fuerte a través de movimientos como Me Too, La manada, y 8-M.

Este acoso sexual será fuente de sanciones contundentes, pues desnaturalizar comportamientos arraigados en la cultura necesita de acciones, movilizaciones y reacciones. En este caso fueron muchas las manifestaciones que resaltaron que no hay normalidad en que un hombre crea que puede besar en la boca a una joven deportista –una relación asimétrica de poder–, dejándola en una posición de indefensión e incomodidad, como lo demostraron las cámaras.

Vale recordar que según la OIT el acoso sexual es toda conducta no deseada de naturaleza sexual en el lugar de trabajo, que hace que la persona se sienta ofendida, humillada y/o intimidada.

Un camino largo

La reacción de los medios y la condena de la FIFA demuestran que cada vez menos personas minimizan estos hechos, pero estas personas demuestran la dificultad en la desnaturalización cultural de los comportamientos que soportan las violencias basadas en género.

De acuerdo con Talcott Parsons, los aspectos más lentos de las transformaciones sociales se dan en el ámbito cultural. Lo cual corrobora que todavía se debe dar una lucha muy larga para que no haya sombra de duda frente a hechos de violencia de género, ni tanta revictimización entre quienes la padecen.

En una sociedad patriarcal está más vigente que nunca la necesidad de visibilizar las agresiones y no subestimar el inminente impacto de las reacciones comunes, por parte de hombres y mujeres, cada vez que un hecho de estos tiene lugar.

Cuando la violencia de género se expresa simbólicamente es común, por ejemplo, que una referencia directa al cuerpo de una mujer o un tocamiento inadecuado se tilde de divertido o intrascendente, por lo que se cataloga de paranoia cuando algunas mujeres reaccionan frente a los hechos y subrayan su oposición.

Pese a que este caso se dio frente a las cámaras y la reacción de los medios y las feministas dieron pie para que quedara más que clara la culpabilidad de Rubiales, aún en España se muestra una sociedad dividida entre quienes critican el machismo y rechazan sus violencias, y quienes continúan reproduciéndolo.

Desde hace cuatro décadas esta nación ha invertido cifras considerables en el Ministerio de la Igualdad para atender y prevenir las violencias basadas en género. Pero todavía los partidos políticos de derecha invitan a sus electores a votar contra la financiación de dichos programas. Contradicciones que exponen a una sociedad bastante golpeada por el patriarcalismo.

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Un mundo de micromachismos

El beso en la boca a Jennifer Hermoso, antecedido de la manera en que Rubiales se tocó sus genitales frente a las cámaras, además del prontuario de agresiones misóginas que tenía el dirigente español, cuestionan el concepto de micromachismos.

todavía se debe dar una lucha muy larga para que no haya sombra de duda frente a hechos de violencia de género, ni tanta revictimización entre quienes la padecen.

Esperanza Bosch Fiol describe a los micromachismos como expresiones de violencia encubierta que se siguen reproduciendo en los imaginarios sociales –estructuras de sentido que median en los comportamientos– y en la cultura. Por tanto, son un derrotero para las feministas y la sociedad en general.

El papel del rechazo se vuelve protagónico en este caso: es absolutamente necesario no callar, sentar la oposición, dejar de guardar silencio, y unirse en una opinión unánime que se radicaliza frente a acontecimientos como el de Luis Rubiales y Jennifer Hermoso y muchos otros que, aunque no son tan mediáticos, puedan quedar impunes.

La reacción de las mayorías en España debería volverse una constante en toda Latinoamérica y el mundo, con miras a deconstruir los micromachismos y todas las formas patriarcales que legitiman las violencias basadas en género y las inequidades en este ámbito. Ojalá, como reza la frase de Victoria Sau, “El poder resultante de un abuso de poder nunca es para siempre”.

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