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¡Ojo! Estafas con fotomultas en la costa atlántica desatan polémica

Más de 1’200.000 vistas y miles de comentarios han generado una grave denuncia realizada por periodistas y medios de comunicación en la costa Atlántica de Colombia. La alarmante situación, respaldada por imágenes y videos, expone las presuntas «estafas con fotomultas» implementadas en varios municipios de la región.

Roberto Mazzini, periodista colombiano exiliado en Portugal, desglosa cinco técnicas de estafa en su cuenta de X. Entre ellas, destaca la manipulación de sistemas de fotodetección que imponen comparendos a viajeros que se dirigen al Caribe colombiano, especialmente aquellos provenientes del interior del país.

Estas prácticas irregulares, según Mazzini, han sido denunciadas repetidamente por transportadores y pasajeros en las redes sociales. Sin embargo, esta vez, periodistas de diversos medios como Delfín Stereo, Opinión Caribe, Seguimiento, Hoy Diario del Magdalena y El Informador de Santa Marta, han recopilado testimonios, imágenes y videos para respaldar esta denuncia masiva.

Bajo el título «Las cinco técnicas», Mazzini expone detalladamente algunas de las artimañas utilizadas como estafa. Por ejemplo, señala que en algunos municipios como Ciénaga (Magdalena), Aguachica (Cesar) y Malambo (Atlántico), se registra velocidades ficticias superiores a los límites reales, resultando en multas injustas. También destaca el uso de motos para adelantar vehículos, generando multas a través de cámaras que, según los usuarios, son operadas por la misma empresa.

La tercera técnica involucra la disminución abrupta de velocidades en carreteras, haciéndolas pasar de 80 km/h a 30 km/h en distancias mínimas, lo que prácticamente asegura la aplicación de fotomultas. Otras tácticas denunciadas incluyen cámaras escondidas en vehículos al borde de la carretera y la falta de respuesta a reclamaciones, dejando a los turistas en la impotencia.

El hilo de denuncias concluye cuestionando por qué entidades como el Ministerio de Transporte, la Contraloría y la Superintendencia de Transporte permiten estas prácticas abusivas que, según los periodistas y las víctimas, están respaldadas por pruebas contundentes. La pregunta final plantea la posibilidad de que estas estafas sean un negocio rentable para diversas entidades, generando un llamado a la acción y una reflexión sobre la integridad del sistema de tránsito en la Costa Atlántica.

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