Partido entre Nacional y Junior suspendido por disturbios en las tribunas
El encuentro de fútbol entre Atlético Nacional y Junior de Barranquilla se vio empañado por graves incidentes de violencia en las gradas del Estadio Atanasio Girardot, lo que obligó al árbitro Nolberto Ararat a suspender el partido por falta de garantías de seguridad. Una vez más, la violencia en los estadios colombianos vuelve a ser protagonista, afectando el desarrollo del espectáculo deportivo.
El partido, correspondiente a la liga colombiana, transcurría sin mayores inconvenientes hasta los nueve minutos del segundo tiempo. El marcador mostraba un 2-0 a favor de Nacional, tras el gol de Marino Hinestroza, cuando se desataron violentos enfrentamientos entre las hinchadas de ambos equipos. Mientras en la cancha los jugadores celebraban el segundo tanto, las tribunas se convirtieron en escenario de peleas y disturbios que detuvieron el partido.
Los disturbios comenzaron en la zona noroccidental del estadio, después de que algunos seguidores de Nacional provocaran a los hinchas de Junior con gestos y palabras tras el segundo gol. La respuesta de los seguidores visitantes no se hizo esperar, iniciando una trifulca que rápidamente escaló en violencia. Testigos informaron que hinchas del Junior fueron golpeados y algunos incluso cayeron desde las gradas. Se reportaron varias personas heridas, con un saldo preliminar de 20 lesionados, y la intervención policial no logró contener a tiempo la situación.
La situación se agravó cuando algunos barristas del Junior se apoderaron de un trapo perteneciente a la hinchada de Nacional, lo que encendió aún más la violencia, ya que en el ámbito del barrismo este tipo de acciones son consideradas graves ofensas. Videos compartidos en redes sociales mostraron a hinchas del Junior tratando de escapar de la violencia, algunos incluso intentaron ingresar al campo para buscar refugio. Los propios jugadores del Junior auxiliaron a sus seguidores, ayudándoles a bajar de las tribunas.
Ante la gravedad de los hechos, Nolberto Ararat, el árbitro del partido, decidió suspender el encuentro y ordenar que jugadores y cuerpos técnicos se retiraran a los camerinos para protegerse. La situación no ofrecía garantías de seguridad, por lo que se hizo imposible continuar con el partido.
El encuentro, que había comenzado con un ambiente festivo y con la ilusión de ambos equipos por sumar puntos, se vio manchado por los actos violentos. Nacional había comenzado ganando desde el minuto 26 con un gol de Andrés Felipe Román a pase de Álvaro Ángulo, y luego vino el segundo tanto de Hinestroza en el minuto 53, pero esos momentos de celebración quedaron opacados por la violencia en las tribunas.
Ahora, queda por ver qué decisión tomará el Comité Disciplinario de la Dimayor respecto a lo sucedido. Es posible que Nacional enfrente sanciones por no haber garantizado la seguridad en el estadio, y Junior podría presentar alegaciones al respecto. Además, el futuro del partido es incierto, se espera que en las próximas horas se determine si se reprogramará el encuentro o se tomará otra medida con respecto a los puntos en disputa.
En definitiva, este lamentable episodio vuelve a poner en evidencia los problemas de convivencia y seguridad en los estadios colombianos, afectando a los protagonistas en la cancha y a los hinchas que solo buscan disfrutar del fútbol.