QUIEREN MATAR TAMBIÉN LAS PALABRAS

Por Manuel Álvaro Ramírez R.
Hay que decirlo con todas las letras Álvaro Uribe Vélez ha estado siempre rodeado de delincuentes. En efecto, cuando una persona se mete en problemas penales, lo que se hace usualmente es conseguir testimonios de vecinos o personas de probada rectitud, ojalá reconocidas que atestigüen a favor del imputado, pero lo que se ha visto hasta ahora es un desfile de delincuentes, paramilitares y narcotraficantes que han tenido alguna relación con el expresidente.
Pero hay algo importante para destacar dentro de todo el entramado de corrupción que se ha venido descubriendo, gracias, entre otras cosas, al Gobierno del Cambio, así, con mayúsculas. Se trata de la difusión que han tenido las audiencias del juicio contra el exmandatario por el canal oficial de la televisión pública de Señal Colombia y su programa RTVC Noticias. Eso se le debe a ese gran periodista llamado Hollman Morris quien por donde pasa logra posicionar espacios televisivos tirados en el piso y volverlos visibles y creíbles. Lo hizo con Canal Capital y ahora con RTVC, el sistema de medios públicos.
La reacción contra su Director ha sido violenta e incitadora al odio, especialmente desde El Colombiano, el periódico conservador de la familia Gómez Martínez ahora en asocio con representantes del Grupo Empresarial Antioqueño, y de la emisora Blu Radio en cabeza de Néstor Morales, cuñado del expresidente Iván Duque, quien no se destaca por su imparcialidad y a quien le resulta imposible ocultar su odio visceral hacia el presidente Petro y todo aquel que se atreva a defenderlo como Hollman Morris.
El Colombiano publicó una carta de un tal Juan Pablo Herrera Castañeda, cargada de un afán de venganza, se supone que por haber sido despedido del medio y si bien se refiere a su antiguo jefe, el gerente de RTVC, lo hace también al Presidente, lo que les suena a música celestial a los medios agresores. En uno de los apartes de la carta enviada por herrera dice que Morris “No tiene ética ni honradez. Las perdió en el camino. Él y su líder se han convertido en aquello que alguna vez juraron destruir”. Por el lado de Néstor Morales, invita a sus oyentes a tomarse las instalaciones de Señal Colombia, desde donde se emite el noticiero que gerencia Hollman Morris. Ya en otras oportunidades lo ha atacado con muy mala fortuna, porque ha tenido que retractarse varias veces, como cuando afirmó que RTVC no tenía derechos para transmitir los juegos olímpicos pero sí los tenía, pero él sabe que se puede atrincherar en los micrófonos para agredir y si la víctima se defiende, se acude a la libertad de prensa y al espíritu de cuerpo que reina en esos medios que actúan siguiendo una misma partitura.
El manejo de la información fue una de las armas utilizadas en su momento por el Partido Nacional Socialista que llevó a Hitler al poder en 1933 y por lo que se sabe según la historia conocida, la desinformación llegó al extremo incluso de ocultar las noticias a los más altos oficiales de su estado mayor, de manera que si eso se hacía en esa esfera, puede imaginarse lo que pasaba en los mandos medios e inferiores. Muchos combatientes supieron que la guerra se había perdido el día en que llegaron los aliados y algunos cayeron prisioneros. Pues aquí esa misma técnica fascista se está aplicando con precisión milimétrica. Ya no se trata sólo de crear informaciones tendenciosas sino de difundir calumnias disfrazadas de noticias. Esa práctica, recomendada por Josep Goebbels el ministro de la propaganda de Hitler, es la que se ejerce en Colombia a través de los medios.
En Colombia sabemos cómo funciona y para qué sirve ese aparato encargado de la difamación y el llamado perfilamiento. Ya uno de los testigos en el proceso que se le sigue a Uribe lo dijo sin agüero: ‘Él -refiriéndose al expresidente- no necesita tirar del gatillo’ pero las víctimas sí saben que basta un señalamiento para que los encargados del entorno sicarial traduzcan el mensaje, el resto va por cuenta de quienes ejecutarán las órdenes y por eso es tan peligroso como irresponsable tildar como lo hacen estos medios de que RTVC y sus emisoras locales son los voceros del terrorismo. Solidaridad total con el canal y sus periodistas.