Rancho Grande de Duitama, 100 años de pan

Por:  Sandra Yaneth Africano Pérez

Don Carlos Julio Amézquita Melo y su esposa doña Rosa Agustina Vargas de Amézquita hace 100 años, gracias a su visión, sus manos mágicas y un paladar exquisito abrieron sus puertas en el año 1923 en la Perla de Boyacá la panadería Rancho Grande.

Lo que ellos no se imaginaron era, que el pan que producirían, sería la receta original y tradicional que le dejarían como legado a hijos, nietos, bisnietos y ahora tataranietos y que, además del legado, sería el orgullo de un verdadero producto delicioso que perdura en el tiempo como un negocio familiar que por casi cuatro generaciones conserva la unión familiar y el sustento económico de muchos.

Los Amézquita Vargas, criaron a su nieto, don Enrique María López Melo, fallecido hace cuatro años, aprendió el arte de amasar los panes y entregó su dedicación y constancia a la producción de pan, junto a su esposa, María Arcely Hurtado de López. María Arcely con sus cuatro hijos Henry Fabian, Pablo Enrique, Lady Carolina y Walter Camilo continuaron el legado, desde niños ayudaron y adquirieron la experiencia para prolongar, con sus familias la producción panadera, manteniendo el sabor particular, su calidad artesanal y los amasijos de sus bisabuelos y como especialidad del mojicón.

“Mi abuelo falleció a sus 97 años y mi papá a sus 63 años, nos decían que no dejáramos acabar el negocio porque era el esfuerzo de toda una vida de trabajo, ellos nos lo inculcaron para continuar con ese legado” recuerda Henry Fabian uno de los hijos.

Rancho Grande de Duitama

La especialidad de Amasijos Rancho Grande es el mojicón, pero también producen arepita de mantequilla que es la que acompaña a la lechona, pan de mantequilla, pan de queso, mogolla alineada, mogolla chicharrona, han ampliado a los panes de jamón y queso, pan de queso con bocadillo y la mantecada que es otro de los productos bandera.  Estos amasijos son hechos en horno de leña, productos artesanales que conservan la receta tradicional.

Amasijos Rancho Grande funciona en el popular barrio Camilo Torres en una de las primeras casas que se construyeron en este sector hace un centenario, en la calle 22 No. 34-22, allí han estado por siempre para brindar un servicio con calidad y calidez a los duitamenses, son más de 20 personas que dependen de este negocio. Cuatro personas están en producción, en atención al cliente tres personas acompañadas por sus hijos, como ejemplo de unión familiar.

Henry Fabian señala que “las ventas se mantienen, pese a la pandemia y la crisis económica que tenemos, pero los clientes ven nuestros productos como parte de la canasta familiar, muchas familias también tienen historias entorno a nuestra panadería, muchos nos cuentan que el paseo del colegio era a Rancho Grande, es algo muy arraigado a Duitama” y agrega “los precios de nuestros productos son asequibles, por calidad no duele pagar un precio más alto, mantenemos la tradición de los panes”.

Para este 11 de agosto se realizará la celebración de los cien años, teniendo en cuenta el cumpleaños del ya fallecido don Enrique María.  Los mojicones de Rancho Grande son llevados para los llanos orientales, traspasaron fronteras han ido hasta Houston, París y Orlando. El proyecto de Rancho Grande es colocar otra sucursal, ampliar sus servicios con la línea de tortas y ponqués. “Seguiremos brindando un gran producto, con sabor y tradición, con calidad y calidez como hasta ahora se ha hecho en estos cien años, sean otros cien y muchos más” concluyó Henry Fabian.

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