Sogamoseños que “caen de patas”
Por Jorge Armando Rodríguez Avella
Apenas sí comenzábamos a medio asimilar el pomposo contrato suscrito por el exalcalde de Sogamoso, Rigoberto Alfonso, cuando nos enteramos de la otra distinción al recién destituido de la Compañía de Servicios Públicos, Coservicios, el exgerente Pedro Barrera Mesa, quien fue nombrado en Corpochivor.
En los tinteaderos se habla que los malandros caen de patas. Hagan lo que hagan les va bien, eso dicen. Sin embargo, otros pensamos diferente, puede ser que la justicia demore un tanto, pero también, como dice el dicho, a todo marrano le llega su Semana Santa. Y particularmente, considero que el repudio social ya se lo ganaron estos dos sujetos y serán castigados socialmente por una ciudadanía que, sin llegar a mucho detalle, conoce de las tropelías que cometieron y el daño patrimonial infligido al municipio de Sogamoso.
Es cierto que gozan del respaldo de quienes tal vez no los conocen o están mal informados, como en el caso de Alfonso Pérez, con respecto al ministro de las TIC, Mauricio Lizcano, y también, es evidente que gozan del respaldo del gobernador, Carlos Amaya. De ahí que Barrera Mesa haya obtenido un puesto en Corpochivor, corporación en la que tiene asiento un delegado del gobernador.
Es inimaginable que una entidad oficial, como Corpochivor, al tener la hoja de vida del señor Pedro Barrera haya dejado de lado el hecho de que fue destituido de Coservicios, otra entidad similar, es decir, echado por una entidad de control del orden nacional, como la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, SSPD.
Para llegar a esa situación de toma de posesión de Coservicios por la SSPD, esta entidad tuvo que realizar análisis minuciosos sobre el comportamiento financiero de la empresa, sus compromisos ambientales, incluidos la prestación de los servicios de acueducto y alcantarillado y, en general, todo lo concerniente al ejercicio administrativo por varios años de observación continua. Lo que dio como resultado, entre otros muchos, el incumplimiento reiterado de Coservicios de promesas y que incluyen las hechas a las comunidades vecinas.
En uno de sus apartes señala el auto que Superintendencia ordena la toma de posesión de Coservicios y refiriéndose a los lixiviados de los que tanto se quejaron las comunidades dice: “A pesar de que la empresa ha presentado informes relacionados con el manejo de lixiviados, el sistema de aguas pluviales y la estabilización de la zona afectada por el deslizamiento, aún no se han implementado medidas sustanciales que aseguren de manera efectiva el adecuado manejo de dichos componentes (…) (Página 12).
La SSPD asistió a una audiencia pública ambiental el 29 de mayo de 2023 en la cual las comunidades expresaron su preocupación “por la presencia de grietas en el suelo cercano a la zona de almacenamiento de lixiviados en los pondajes”. Posteriormente, la Superintendencia regresó a una inspección los días 15 y 16 de junio siguientes “durante la cual se pudo constatar que la amenaza planteada por la comunidad se había materializado” ¡Como si nada! Estaban jugando con los habitantes en riesgo.
Se equivocan quienes creen –porque así lo manifestó el exalcalde— que se trataba de unos cuantos que habían ‘denunciado’ ante la Superintendencia a las exdirectivas de Coservicios. En estos casos los procedimientos funcionan de manera muy técnica, con calma, sin apasionamientos y sin nada oculto; muy ceñidos a las normatividades legales.
Pero eso no lo vieron quienes tuvieron a mal nombrar a estos dos personajes en cargos públicos de importancia: únicamente falta que nombren también al señor Álvaro Rincón por su fatídica gestión en el Instituto de Tránsito, Intrasog, para quedar equilibrados.