Tres años de Petro: luces, sombras y tareas pendientes

En sus primeros tres años, el gobierno de Gustavo Petro mostró avances palpables en protección del ingreso y en la agenda de derechos, pero aún no logra traducirlos en un ciclo de crecimiento sostenido ni en una mejora consistente de la seguridad. Este es el balance.
Turismo, dólar y señales de confianza. El turismo receptivo viene en expansión: crecen los visitantes extranjeros y el tráfico aéreo internacional, con mejor ocupación en temporadas medias y mayor dinamismo en destinos urbanos y regionales. En paralelo, el dólar mostró estabilidad relativa en julio–agosto, oscilando alrededor de la barrera de los \$4.000 tras episodios de volatilidad a inicios de año. Estas señales apoyan servicios, comercio y empleo en ciudades y corredores turísticos.
Pobreza, empleo y transferencias. La combinación de transferencias focalizadas y la recuperación del mercado laboral contribuyó a reducir la pobreza. El desempleo bajó a 8,6% en junio de 2025, su nivel más bajo para un mes de junio en varios años. El desafío está en la calidad del empleo y en consolidar trayectorias de movilidad social con formación, encadenamientos productivos y cuidado.
Apertura financiera y BRICS. Colombia fue aceptada como país miembro prestatario del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) del grupo BRICS. Esto abre una fuente adicional de financiación para infraestructura, transición energética y conectividad, con instrumentos en múltiples monedas. El aprovechamiento real dependerá de proyectos bien estructurados, transparencia y compatibilidad con las reglas fiscales, de modo que complemente —no reemplace— a los multilaterales tradicionales.
Ambiente y transición. La caída de la deforestación en 2023 marcó un hito, aunque el repunte de 2024 recordó la fragilidad de esos logros. La transición energética debe ser territorial y justa: no puede levantarse a espaldas de trabajadores del carbón, ni de campesinos y comunidades; requiere empleos de calidad, alternativas productivas y presencia estatal efectiva.
Restitución de tierras. La política de restitución avanzó con decisiones judiciales relevantes —en especial en casos étnicos— y con mayor impulso a la justicia agraria. El cuello de botella persiste en la ejecución de fallos y el retorno sostenible: titulación efectiva, seguridad para familias restituidas, proyectos productivos, vías, salud y educación. La articulación entre URT, ANT y la oferta social es indispensable para que la reparación se traduzca en permanencia y prosperidad.
Lo que sigue. A un año del cierre del periodo, el Gobierno tiene una oportunidad concreta: pasar de anuncios a ejecución con foco territorial. Tres prioridades son ineludibles: acelerar un plan de reactivación productiva con empleo de calidad; consolidar seguridad ciudadana y justicia cercana en regiones críticas; y estabilizar la política socioambiental, uniendo transición, bosques y economía campesina. La discusión pública debe elevarse por encima de trincheras: ni el catastrofismo impotente, ni el voluntarismo sin cuentas sirven a la gente.
Este artículo fue elaborado por la redacción con apoyo de herramientas de IA (ChatGPT, de OpenAI). Todo el contenido fue revisado y editado por el equipo editorial.