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Una oración para pedir lluvia, ante la emergencia ambiental

La situación climática en Colombia se vuelve cada vez más desafiante con el avance de los incendios forestales, sumiendo a diversas regiones del país en una emergencia ambiental sin precedentes. Ante esta crítica coyuntura, los ciudadanos se vuelcan a la fe y a prácticas tradicionales en búsqueda de alivio. En este contexto, la Iglesia Católica presenta una oración poderosa destinada a invocar la lluvia y mitigar la sequía que azota a la nación.

Según reportes del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), la situación climática se ha vuelto alarmante, con un incremento significativo en el número de incendios forestales en departamentos como Cundinamarca, Boyacá y Norte de Santander. Las autoridades, junto con la población, aguardan con anhelo la llegada de la lluvia no solo para sofocar las llamas, sino también para proteger la vida silvestre que ha buscado refugio en las urbes.

La oración propuesta por la Iglesia, en honor a San Pablo VI, surge como un acto de fe y esperanza en tiempos difíciles. Invoca la compasión divina y reconoce la interdependencia entre el ser humano y la naturaleza. Es recomendable orar en grupo o de manera individual la siguiente oración:

Oración de San Pablo VI para pedir la lluvia

“Dios padre nuestro, señor del cielo y de la tierra,

Tú eres para nosotros existencia, energía y vida.

Tú has creado al hombre a tu imagen y semejanza para que, con su trabajo, haga fructificar las riquezas de la tierra, colaborando así a tu creación.

Somos conscientes de nuestra miseria y debilidad.

Nada podemos sin ti.

Tú, padre bueno, que haces brillar el Sol sobre todos y haces caer la lluvia, ten compasión de cuanto sufre durante la sequía en estos días.

Escucha con bondad las oraciones que tu Iglesia te dirige con confianza, como escuchaste las súplicas del Profeta Elías, que intercedía a favor de su Pueblo.

Haz que caiga del cielo sobre la tierra árida, la lluvia tan deseada, para que renazcan los frutos y se salven los hombres y los animales.

Que la lluvia sea para nosotros el signo de tu gracia y bendición.

Así, confortados por tu misericordia, te rendimos gracias por todo don de la Tierra y del cielo, con que tu espíritu satisfaga nuestra sed.

Por Jesucristo, tu hijo, que nos ha revelado tu amor, fuente de agua viva que brota hasta la vida eterna, Amén”.

La fe se convierte así en un recurso invaluable para afrontar la crisis climática que enfrenta el país. La comunidad se une en la recitación de estas palabras, buscando consuelo y esperanza en la promesa de la lluvia restauradora. La oración no solo es un acto de súplica, sino también de agradecimiento por los dones recibidos de la tierra y el cielo. En estos tiempos de tribulación, la oración por la lluvia se erige como un símbolo de unidad y fortaleza ante la adversidad que enfrenta Colombia.

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