AMOR ETERNO
Para Angelita y yo / todos los días son de fiesta; / las mañanas, tesoros de pájaros y flores / que celebran el sol, la eternidad. Gonzalo Arango
Vinicius de Moraes, uno de los creadores de la espectacular bossa nova, en medio de su inmensa sabiduría poética dijo: “el amor es eterno mientras dura.”
Hay amores que matan, hay amores que enamoran, hay amores que, como arena, se los come el olvido en los inmensos avatares de la vida. Y hay amores que trascienden allende los límites de lo humano. Es el caso de Angelita y Gonzalo – Gonzalito, como dice Angelita-.
Promediando los años sesenta, Angelita, con su inocencia de adolescente y mochila al hombro, se escapó de un colegio victoriano de su natal Londres y dejó que sus alas libertarias la llevaran a recorrer el mundo con su mochila cargada de sueños para ir al encuentro de sí misma.
Un buen día, esas alas que hoy apaciblemente reposan en la hermosa Guatavita, llevaron sus sueños a la paradisíaca isla de San Andrés donde, por cosas del destino, aterrizó en brazos del inmortal Gonzalo Arango, su eterno amor, quien, según ella, aún comparte sus sueños de libertad, y desde un incierto más allá, la espera con su calor y sus ansias infinitas de amar.
Su éxito setentero ¿AÚN ME AMARÁS MAÑANA? 2014 fue un diáfano espejo donde podemos -sólo algunos- mirar qué es el amor verdadero, ése que trasciende sin óbice alguno las fronteras de lo terrenal.
Angie Mary Hickie es en realidad la Angelita que todos soñamos: desprendida, adorable, profunda, esencial. Una persona que emana una ternura genuina, una energía indescriptible, una sencillez que transmite una perenne paz que le hace a uno pensar, ¿cómo sería la humanidad si no existiese sólo una Angelita sino miles de millones de Angelitas?
Su vida después de la muerte de Gonzalito, como ella lo llama, el 25 de septiembre de 1976, ha girado en torno a su legado. El movimiento Nadaísta, tuvo un singular impacto en la pacata sociedad del siglo pasado. Sin lugar a duda, Gonzalo fue el rebelde con causa que logró a través de su pluma un buen intento por dinamitar los cimientos de una sociedad hipócrita, anquilosada, anacrónica y depredadora que aún con los actuales vientos de cambio se niega a morir y que en sus últimos pataleos se quiere cargar entre sus ominosas fauces a quienes nos resistimos a llevar en nuestros cuellos la ignominia de lo cuadriculado, de lo predeterminado de ‘lo que debe’ ser porque qué dirán. Mismo “qué dirán” que poco le importó al abandonar su movimiento y dar un giro de 180 grados hacia lo místico y religioso.
La ternura, la bondad y la sencillez de Angelita y sus perritos adoptados, enfermos y abandonados por quienes alguna vez los llamaron amigos fieles, los espera en Guatavita, donde con la alegría de sus años que ya pasaron y la esperanza de un hasta siempre, de un pasado que resiste hasta la misma muerte y una increíble fe en la libertad y la esperanza de un mundo mejor para todos, harán que unos minutos con esta divinidad de mujer los haga sentir que la vida es bella.
*Angelita los espera en su mirador Guatavista a orillas de la laguna para escucharla y a degustar un tintico o un canelazo y admirar sus hermosas pinturas y a leer sus historias y las máximas de Gonzalito, su amor eterno en dos maravillosos libros. Seguro: No se van a decepcionar.
Los pedidos para El oráculo del profeta, de Gonzalo Arango y Bienaventurados los aventureros, de Angelita, o simplemente quienes quieran saludarla se pueden dirigir al siguiente correo: guatavista@gmail.com