Las altas temperaturas y la escasez de lluvias están causando estragos en varios municipios de Boyacá, donde el suministro de agua potable se está volviendo un desafío cada vez mayor.
El alcalde de Moniquirá, Fredy Iovanny Pardo Pinzón, ha declarado la alerta roja debido a la disminución considerable del nivel del embalse que abastece a la región. A pesar de los esfuerzos conjuntos con la Gobernación de Boyacá, el desabastecimiento tanto en el área urbana como rural se está agravando, con la capacidad y presión del agua potable disminuyendo notablemente.
En Chiquinquirá, las medidas para el ahorro del agua incluyen la aplicación de incentivos económicos para los usuarios subsidiados que excedan su consumo. El embalse del río Suárez también está experimentando bajos caudales debido al Fenómeno del Niño, lo que ha llevado a la implementación de medidas para controlar el consumo excesivo
En Samacá, la escasez de agua ha obligado al alcalde Wilson Castiblanco Gil a implementar un racionamiento intercalado entre la zona urbana y rural. A pesar de los esfuerzos con la Unidad Departamental de Gestión del Riesgo y el uso de carrotanques, la situación de desabastecimiento persiste.
En Saboyá, el mandatario Juan Carlos González ha señalado que la falta de lluvias y las altas temperaturas han provocado una disminución en la presión del agua. El racionamiento se ha vuelto necesario y, aunque cuentan con el apoyo de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, el suministro de agua sigue siendo insuficiente para satisfacer las necesidades de la población.
La situación en estos municipios de Boyacá es alarmante, y se necesitan medidas urgentes para garantizar el acceso equitativo al agua potable. Las autoridades locales están trabajando en soluciones a corto y largo plazo para mitigar los efectos de esta crisis, pero se requiere la colaboración de toda la comunidad para enfrentar este desafío.