Opinion

SALARIO MÍNIMO, DISGUSTO MÁXIMO

El presidente Gustavo Petro fijó por decreto el salario mínimo para 2025 con un aumento de 9,54 por ciento y el subsidio de transporte lo reajustó en un 18 por ciento más. Como a Petro hay que contradecirle todo porque nada de lo que haga está bien, las plañideras de siempre salieron a encabezar la procesión de los catastrofistas. Carolina Soto, ex codirectora del Banco de la República vaticinó en los siguientes términos: “Mayor inflación , altas tasas de interés y deterioro en el mercado laboral”.  Ella cree que ganará notoriedad, no por repetir un lugar común archi trillado en las facultades de economía, sino por declarar en contra de una medida tomada por el presidente Petro. 

Pero hay noticias buenas para la gente del común, no se va a disparar la inflación ni subirán las tasas de interés, no por el alza de salarios ni habrá mayor deterioro del mercado laboral cómo sí lo hubo del durante 32 años de neoliberalismo económico. Veamos cada componente por separado. 

Los alimentos que provienen de la agricultura no se ajustan con el salario mínimo. Es más algunos productos pueden bajar de precio si las cosechas son generosas y el Gobierno sigue apostando por el posicionamiento agropecuario como uno de los soportes de la economía en su conjunto. En cuanto al sector agroindustrial, aunque los salarios tienen un peso importante en la ponderación de los precio, las materias primas, los servicios y las tasas de interés son otros determinantes tanto o más que los salarios. 

Capítulo aparte merecen las tasas de interés. Estas están determinadas por el Banco de la República y lo qué hay que decir aquí es que la que se publica periódicamente y que aparentemente es muy baja comparadas con las de consumo o cualquiera de las que nos cobran a cualquier parroquiano, es la denominada interbancaria, es decir la que le cobra el Banco de la República a los bancos comerciales , porque hay que recordar que es el banco de los bancos y por eso la sobrerrepresentación de éstos en la Junta de Directores. Por tanto, aunque el Ministro de Hacienda preside la Junta, los demás fueron nombrados por gobierno anteriores y es ésta la razón por la cual las tasas no han bajado lo suficiente, pese a que la inflación ha estado controlada y se ha reducido considerablemente. 

Finalmente, el deterioro en el mercado laboral no tiene nada que ver con el salario mínimo porque para evitar el pago de salarios y prestaciones se han aprobado leyes para legalizar un sistema semiesclavista, como las cooperativas de trabajo asociado, los contratos de hora labor, las órdenes de prestación de servicios o el trabajo satélite tan de moda en el sector de las confecciones. De manera que si alguien tiene que ver con el deterioro del mercado laboral no es precisamente el presidente Petro que ha sido el único capaz de ponerse del lado de los trabajadores. 

Unos salarios dignos lo que hacen es impulsar la demanda efectiva y aunque en Colombia hay uno que otro empresario que así lo entiende, la mayoría se caracteriza por la mezquindad y la tacañería cuando se trata de reconocer el aporte de los trabajadores al valor agregado. Eso también tenemos que cambiarlo. Feliz año 2025 para todos. 

Por Manuel Álvaro Ramírez R. Magíster en Economía

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