Torres del Silencio: 10 años de abandono y promesas incumplidas en Yopal
En el barrio La Esmeralda de Yopal, Casanare, cientos de familias siguen esperando una solución definitiva de vivienda, luego de más de una década de abandono del proyecto ‘Torres del Silencio’. La obra, gestionada a través del convenio No. 001 entre el departamento de Casanare, el Instituto de Vivienda Urbana y Rural de Yopal y el constructor Iader Wilhem Barrios Hernández, fue concebida para reubicar a hogares en condición de vulnerabilidad, pero terminó convertida en una estructura inacabada y deteriorada.
Más de 200 familias siguen viviendo en estructuras inestables mientras el Gobierno busca soluciones para la crisis habitacional.
Un proyecto inconcluso y en crisis
El proyecto se adjudicó en 2011 con un presupuesto de 14 mil millones de pesos, pero en 2015 la construcción se paralizó sin haber alcanzado el 60% de ejecución. Como consecuencia, muchas familias tuvieron que habitar el lugar en condiciones precarias y de alto riesgo estructural.
«Este no es un elefante blanco, es un mamut de corrupción», denunció Karina, lideresa comunitaria. Explicó que la sentencia para la ejecución del proyecto se emitió en 2006, pero la obra nunca se completó y hoy su demolición es la única opción viable.
El alcalde de Yopal, Marco Tulio Ruiz, reconoció la falta de recursos para reconstruir el proyecto, estimando que costaría más de 80 mil millones de pesos. «Nuestra propuesta es darles otra solución de vivienda, ya sea construir en el mismo sector o reubicarlos en otro lote», afirmó.
Medidas de emergencia y búsqueda de soluciones
Ante la crisis, en mayo de 2024, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) anunció subsidios de arriendo por seis meses para las familias damnificadas.
El gobernador de Casanare, César Ortiz Zorro, destacó que aunque la UNGRD no es responsable del proyecto, está buscando formas de apoyar con recursos para destrabar el proceso de demolición y reubicación de los afectados.
Mientras tanto, los habitantes de Torres del Silencio siguen esperando que las promesas se conviertan en soluciones reales.
