EL LEGADO

Por: Manuel Álvaro Ramírez R. Magíster en Economía
A menos de año y medio de terminar el primer gobierno del cambio, hay lecciones que se tienen que sacar en limpio, porque, aunque Petro no hizo una revolución, partió la historia en dos, ya nada en adelante será lo mismo y llegará el día en que por fin Colombia pueda aparecer ante el mundo como una nación digna, soberana y decente, Petro ya dio el primer paso que por fortuna no será el único.
El triunfo de Petro mostró que a la derecha se le puede derrotar con argumentos y poniéndola en evidencia ante los electores con sus prácticas deshonestas, ruines y muchas veces violentas. Durante la campaña se le acusó de travesti, de secuestrador, de asesino, de todas las modalidades existentes para degradar a un ser humano sin escatimar esfuerzos para destrozarlo a él y a su familia. Afortunadamente cuenta con una esposa valiente y alegre que contrarrestó muchas de las infamias, pero aún hoy, el odio sembrado ha calado en muchas mentes débiles así estén saturadas de dinero o de poder.
El Gobierno del Cambio puso sobre el tapete los extremos a los que puede llegar, y de hecho ha llegado, la derecha en su delirio criminal. En Cúcuta se le hizo un atentado con arma de fuego que la prensa minimizó como si se tratara de un hecho anecdótico. Además, un tal Jhon ‘Calzones’ sentenció que al presidente había que bajarlo, y el sujeto aparece hoy en las campañas de la organización delincuencial autodenominada Centro Democrático, un grupo de extrema derecha liderado por un reo que enfrenta hoy a la justicia.
Adicionalmente, Petro desenmascaró lo que significa el odio que siente una clase social indolente y mezquina contra la gente pobre y por qué la respuesta a las manifestaciones que se produjeron durante el estallido social, se caracterizó por la violencia indiscriminada contra los manifestantes que reclamaban sus derechos. Ahora se entiende por qué un ministro consideraba a los niños ‘máquinas de guerra’ y el presidente, hoy imputado, justificara los asesinatos de jóvenes inermes cuando dijo que no estaban cogiendo café.
Pero también se aprendió una lección dolorosa: Pese a los esfuerzos en luchar contra la corrupción, ésta no tiene preferencias políticas y aunque ha sido la práctica recurrente de la derecha cuando ha gobernado, se las ingenia para infiltrarse en la izquierda con tal de poder satisfacer su voraz cleptomanía. Es, por tanto, un imperativo seguir luchando, poniendo por delante unos valores que respondan a un ideario de partido, donde uno de los principios fundamentales sea la honestidad y la transparencia en el manejo de los recursos públicos.
De otra parte, quizás nunca como ahora quedó al descubierto lo que Althusser llamaba ideología y aparatos ideológicos de Estado, porque los medios de comunicación se convirtieron en la oposición real al proyecto político elegido democráticamente en 2022. Pese a que el proceso fue duro, también la victoria fue clara, gracias entre otras cosas, a que el pueblo tuvo la precaución de cuidar cada voto porque ya la historia había enseñado que el fraude siempre ha estado latente cuando la derecha ha sentido que sus intereses corren peligro. A este respecto hay que recordar que se diseñó un formulario tendencioso y que una vez terminados los escrutinios por lo menos seis curules del Pacto Histórico estuvieron en peligro y sólo mediante la demostración de que el conteo no correspondía a los resultados, se logró conjurar la trampa.
En este mismo sentido, los medios de comunicación con diversos grados de animadversión no han dudado en dejar de lado la ética periodística para dar paso a los chismes y a la propaganda infame sin ningún criterio mínimo de decencia. Así, se ha hablado de tulas llenas de dinero, de financiación de personajes con pasado oscuro, de alianzas con delincuentes, de paseos en Panamá con travestis, de drogas y licores que afectarían el buen juicio del presidente, en fin, no se ha escatimado en infamias ni ruindades que a la final resultan en chorros de babas que sólo saborean los áulicos de la derecha. Nunca ha aparecido una sola prueba de tales infamias y ante la falta de estas, se ha tratado de fabricarlas por parte de algunos presuntos delincuentes enquistados en el Consejo Nacional Electoral.
Pero quizás la lección más importante, es la inteligencia y sagacidad que le han permitido a Gustavo Petro mantenerse a flote, pese a los ataques de artillería pesada que se comenzó a disparar contra él desde el 7 de agosto de 2022 y que no ha cesado desde entonces.