OpinionPor: Manuel Álvaro Ramírez R.

El Mundo Está Cambiando

EL MUNDO ESTÁ CAMBIANDO

El modelo económico llamado neoliberalismo hizo aguas hace rato en el mundo pero todavía hay gente, alguna con muy buena formación académica, que se empecina en vivir atada al pasado. En la Gran Bretaña la primera ministra Liz Truss llegó al gobierno con una promesa que sonó a música celestial a los oídos de las oligarquías del mundo que viven en sus urnas de cristal, lejos del mundanal ruido. Bajar los impuestos a los ricos. Sin embargo, los mercados, que sí saben por dónde va el agua al molino y así como no se asustaron cuando Gustavo Petro propuso lo contrario para Colombia, apenas anunció la primera ministra su propuesta, inmediatamente salieron despavoridos millones de libras esterlinas para buscar refugio en el dólar. La libra se desplomó y el ministro de hacienda Kwasi Kwarteng que prácticamente se acababa de posesionar, tuvo que renunciar. Pero, veamos qué es lo que sucede con esto de la fuga de capitales, porque hay que poner en contexto los acontecimientos de la economía, de lo contrario, se vuelve una discusión esotérica.

Los llamados mercados, son los movimientos de capitales que van donde les ofrezcan mayores tasas de interés y hoy por hoy este se hace oprimiendo una tecla en un computador. Si un país tiene una deuda o tiene que cumplir unas obligaciones, los acreedores están pendientes de cada palabra que pronuncie un ministro, sobre todo de hacienda, un primer ministro o un presidente. Cuando Liz Truss dijo que les iba a bajar los impuestos a los ricos, inmediatamente se produjo una reacción adversa porque eso solo significaba una cosa: que se iban a quedar sin plata, de manera que lo más aconsejable era coger sus libras, cambiarlas por dólares y sacarlos del país. Eso tiene dos efectos, como la oferta de libras sube, su precio se desploma como pasa con cualquier mercancía. De igual manera, a medida que sube la demanda por dólares su precio sube mientras la presión persista. Pero muchos de esos movimientos se basan en la simple percepción de algunos analistas, de manera que el tejemaneje bursátil es lo más parecido a las actividades propias de un casino donde los jugadores apuestan hacia donde se dirige la bolita mientras la ruleta gira y gira.

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Pero hay otras causas que pueden motivar la fuga de capitales y es cuando en algún país, pero sobre todo en los Estados Unidos, la Reserva Federal, que es el banco central, anuncia que sube las tasas de interés, es decir que ofrece mayores rendimientos a quienes lleven allí sus dólares. Lo acaban de hacer y ante eso difícilmente las monedas de todo el mundo pueden mantenerse a salvo, porque los capitales buscarán llevarlos donde los intereses son mayores. Que un presidente como Gustavo Petro denuncie lo que está pasando, ni quita ni pone, el precio del peso se desploma porque los réditos que pagan afuera son mayores a los de aquí. El resto es simple mala leche de los medios que tratan de echarle la culpa de todo lo que sucede.

El problema es que mientras los megarricos del mundo no caigan en cuenta que la distribución inequitativa del ingreso persista, la riqueza se concentre cada vez en menos manos y por tanto en la medida en que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres lo contrario, llegará una crisis económica que muchas veces puede derivar en consecuencias catastróficas como la crisis del año 30 cuya consecuencia fue la Segunda Guerra Mundial. De ese tamaño es el problema.

Por Manuel Álvaro Ramírez*

*Magister en Economía / Universidad de Los Andes

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