Opinionpor: Rafael Mejía A.

El Señor de los Milagros

EL SEÑOR DE LOS MILAGROS

No habían digerido aún los uribistas la abrumadora tragedia de verse de un momento a otro chupando el mero palo de la paleta, cuando ya estaban culpando a Petro de todas las desgracias que hubo en los últimos 200 años y que habrá en los próximos 200. Así funciona ese tipo de resaca.

Así como Caracol –noticia que no confirma se la inventa– la ‘Oposición Democrática’ también se encarga de ponerle su vela a san Joseph Goebbels y desinformar y frotarse las manos a la espera de que al gobierno le vaya mal. Mala cosa porque si al gobierno le va mal, también a nosotros.

Personajillos como Enrique Gómez, Paloma Valencia o Mario Hernández, el de los bolsos chinos, genuinamente se creen dueños del país y de sus habitantes y se han dedicado a meter miedo con calumnias y estupideces como que la Comisión de la Verdad muestra a los guerrilleros como héroes, que van a adoctrinar a los niños en las escuelas o que la cadena de almacenes Éxito se va de Colombia, y agrega Hernández, “y ustedes ya saben por qué.” Eso es más falso que las felicitaciones del Patrón al nuevo gobierno. Si tienen tiempo, ahí va un ejemplo:

Desde ya, y sin leer una sola línea de los proyectos, las famosas bodegas se han dedicado a despotricar de cualquier iniciativa del nuevo gobierno que favorezca a la gente y, como en una fábrica de arepas, voltean todo para que esa misma gente empiece a dudar.

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Para los neófitos en estas vainas, ‘bodega’ es una horda de desocupados a los que les pagan para crear cuentas y perfiles falsos en redes sociales y posteriormente inventar, inflar o desinflar calumnias y toda clase de improperios a determinados personajes. Por ejemplo, en 2017 un bodeguero se inventó la famosa cadena de WhatsApp de la ‘Ley Roy Barreras’ mediante la cual dizque les quitaban dinero a los pensionados para dárselo a la guerrilla. El invento les resultó tan bueno que muchos años después frente al pelotón de fusilamiento, todavía hay despistados que la reenvían y se lamentan como plañideras por semejante atropello.

Hay influencers (vaya palabreja) que, a 15 días de estar gobernando Petro, andan pidiendo resultados y contabilizando el número de promesas incumplidas, ¡a 15 días! no más. Como seguramente hay escépticos, pregunten en Twitter por este ejemplar: @Danielbricen y busquen un trino de una promesa totalmente incumplida del presidente Petro: Se levantó tarde el 8 de agosto, cuando les había prometido a sus altezas que iba a madrugar. No puede ser tanto despropósito, ¡el presidente se levantó tarde!

Lo malo del asunto es que ese pesimismo irracional también se le está pegando a muchos escépticos –pesimistas porque no quieren entender varias cositas: Una, que un pacto se hace para unir lo que no estaba unido. Dos, problemas de Colombia como la inequidad, la corrupción, el racismo, el clasismo, el arribismo y otros ismos son estructurales y más viejos que la maña de andar a pie. Y tres, que acabamos de elegir a un presidente –que seguramente va a tener equivocaciones– no al señor de los milagros.

Por: Rafael Mejía A.

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