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La CAR, le apuesta a la recuperación de la Laguna de Fúquene

En el marco de la COP16, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) presentó una ambiciosa estrategia para la recuperación de la laguna de Fúquene, un ecosistema emblemático de la región, ahora gravemente amenazado por contaminación y desecación. Este plan busca restaurar la salud del cuerpo de agua a través de la colaboración entre el sector privado, la academia y organizaciones ambientales, con el fin de asegurar un futuro sostenible para las comunidades locales.

Históricamente, la laguna de Fúquene ha sido fuente de inspiración cultural, como demuestran las canciones de Jorge Velosa, y un espacio natural sagrado para la etnia muisca. Sin embargo, el lago ha sufrido una reducción drástica de su extensión de 1,000 kilómetros cuadrados en la época de la conquista a apenas 30 kilómetros cuadrados en 1999. Factores como la deforestación, la extracción de agua para la agricultura, y la contaminación por residuos industriales y agrícolas han devastado este ecosistema.

Uno de los principales problemas de la laguna es la eutrofización, un proceso causado por el exceso de nutrientes como fósforo y nitrógeno, derivados principalmente de aguas residuales y agroquímicos. Esto propicia el crecimiento de algas, que reducen el oxígeno disponible en el agua y afectan a las especies nativas. A esta situación se suman la pesca indiscriminada y la caza ilegal, que han mermado aún más la biodiversidad de la zona.

En respuesta a esta situación crítica, la CAR, en colaboración con la Fundación Humedales y la Universidad Javeriana, ha lanzado una estrategia integral que contempla la descontaminación del agua, la recuperación de la cobertura boscosa nativa y la implementación de prácticas agrícolas sostenibles. Además, se pondrán en marcha programas de educación ambiental para sensibilizar a la población local sobre la importancia de proteger la laguna.

“Este no es un proceso de corto plazo; su degradación ha tomado siglos y su recuperación llevará décadas”, destacó Alfred Ballesteros, director de la CAR. La iniciativa también abarca medidas de mitigación ante el cambio climático, buscando restaurar los servicios ambientales que la laguna ofrece a sus comunidades, como el suministro de agua y la regulación hídrica.

El futuro de la laguna de Fúquene depende ahora de un compromiso a largo plazo, respaldado por alianzas sólidas entre diferentes sectores. Si se logra sostener estos esfuerzos, la laguna podría recuperar la riqueza ecológica que inspiró tanto a la cultura local y preservar un hábitat esencial para muchas especies.

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