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La historia detrás del villancico «Mi Burrito Sabanero»

«Mi Burrito Sabanero» es uno de los villancicos más icónicos de la Navidad en América Latina, conocido por su melodía pegajosa y letra entrañable. Sin embargo, detrás de su éxito global, se encuentra una historia de injusticia: la del niño venezolano que prestó su voz para popularizar la canción y nunca recibió ningún beneficio económico por su contribución.

El villancico fue compuesto en 1972 por el músico venezolano Hugo Blanco, inspirado por las tradiciones navideñas de los llanos de su país. La letra sencilla y llena de ternura evoca el viaje de un niño que se dirige a Belén montado en su burrito, una escena que resonó profundamente con las audiencias de toda América Latina.

Para grabar la canción, Blanco recurrió al coro infantil de su iglesia, seleccionando a un joven de voz destacada llamado Ricardo Cuenci. Cuenci, entonces un niño de escasos recursos, grabó el tema con entusiasmo, sin imaginar el impacto que tendría.

La versión, lanzada por el grupo infantil «La Rondallita», rápidamente se convirtió en un éxito en Venezuela y cruzó fronteras hacia otros países. Décadas después, «Mi Burrito Sabanero» es un clásico navideño, traducido a varios idiomas y reproducido en plataformas digitales millones de veces cada temporada navideña.

El villancico navideño «Mi Burrito Sabanero» o «El Burrito de Belén», ha sido interpretado por un rango muy amplio de artistas: desde la leyenda de la música venezolana Simón Díaz hasta el cantante colombiano Juanes pasando por Elvis Crespo.

La más reciente versión y que se ha hecho viral en redes es la del cantante español David Bisbal. Pero ninguna ha tenido el impacto que la que grabó, hace más de 40 años, el Coro Infantil Venezuela conocido como La Rondallita.

El olvido del protagonista:

A pesar del éxito de la canción, Ricardo Cuenci nunca recibió compensación alguna por su interpretación. Según Cuenci, no existió contrato ni reconocimiento económico, y aunque intentó reclamar derechos en años posteriores, nunca obtuvo resultados. «Uno como niño nunca supo nada de eso, ni de dinero, ni de cobros… Nunca se nos pagó ni un bolívar partido por la mitad, ni a mí ni a mis compañeros de La Rondallita». ha expresado en entrevistas, reflejando el olvido de quienes hicieron posible la popularidad del villancico.

La historia de «Mi Burrito Sabanero» es un recordatorio del impacto de la música en las tradiciones culturales y de la importancia de reconocer y proteger a los artistas, especialmente a aquellos que aportan su talento desde edades tempranas. Mientras tanto La revista estadounidense especializada en música Billboard ha incluido al villancico «Mi Burrito Sabanero» en su lista de las 100 mejores canciones navideñas de todos los tiempos.

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