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Las fuertes lluvias en el Chocó dejan más de 100.000 damnificados

La situación en el departamento del Chocó se ha tornado crítica debido a las fuertes lluvias que azotan la región desde principios de noviembre. El presidente Gustavo Petro declaró recientemente el desastre nacional debido a la emergencia que afecta al 85% del territorio chocoano y deja más de 100.000 damnificados.

La Gobernadora de Chocó, Nubia Carolina Córdoba-Curi, informó que el agua ha invadido las casas, arrasando cultivos y enseres.

A pesar de la magnitud de la emergencia, hasta el momento no se han reportado víctimas fatales. Sin embargo, la situación sigue siendo grave, ya que las lluvias ininterrumpidas han elevado los niveles de los ríos, lo que ha ocasionado nuevas inundaciones y afectaciones en el departamento.

El Chocó, es una de las zonas más lluviosas del planeta, además enfrenta una de sus peores crisis climáticas. Según la gobernadora Córdoba-Curi, el 85% de la región está afectada por las inundaciones. «El agua ha invadido nuestras casas y ha destruido nuestros cultivos», expresó la funcionaria, quien destacó que las zonas más impactadas son las cuencas de los ríos Atrato y San Juan.

Esta catástrofe ha agravado aún más la situación de pobreza extrema que padece el departamento. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), el 67,7% de la población del Chocó vive en pobreza monetaria, lo que representa un aumento de un punto porcentual con respecto al año anterior.

La emergencia no solo está relacionada con las lluvias, sino también con las amenazas del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que ha impuesto restricciones a la movilidad en varias zonas del Chocó, especialmente en las áreas rurales donde se están llevando a cabo enfrentamientos con grupos armados ilegales. Estos paros armados afectan directamente la capacidad de los habitantes para trasladarse y recibir ayuda humanitaria, complicando aún más la situación.

El gobierno de Gustavo Petro ha creado un Puesto de Mando Unificado (PMU) para coordinar la respuesta a esta crisis y asegurar la atención inmediata a los damnificados.

Por supuesto parte, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) reportó que hasta el momento hay 25.355 familias afectadas, y el 70% del departamento ha sufrido algún tipo de impacto debido a las lluvias.

Las intensas lluvias han dejado a muchas familias sin hogar y han afectado gravemente la infraestructura de la región. Los informes de los habitantes del Chocó muestran imágenes impactantes de calles inundadas, casas arrasadas por las aguas y personas tratando de salvar sus pertenencias mientras las lluvias continúan. La gobernadora del Chocó señaló que las autoridades están trabajando en medidas urgentes para proporcionar asistencia humanitaria y mitigar el impacto de las inundaciones.

Carlos Carrillo, director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), lamentó la situación y recordó que las crecientes en temporada de lluvias no son un fenómeno nuevo en la región. «El Chocó es la región con más precipitaciones del mundo, y el Estado colombiano ha sido incapaz de ofrecer soluciones duraderas para garantizar una vida digna a sus habitantes», declaró Carrillo.

En respuesta a la emergencia, el presidente Gustavo Petro declaró una situación de desastre nacional, destacando la necesidad de coordinar esfuerzos a nivel nacional e internacional para enfrentar los efectos de la variabilidad climática. Las zonas más afectadas, además del Chocó, incluyen la Alta Guajira y Santander, que también enfrentan graves inundaciones y desplazamientos forzados.

La emergencia en el Chocó sigue siendo una de las más graves de los últimos años, exacerbada por la pobreza extrema, las lluvias constantes y las restricciones impuestas por el conflicto armado. El Gobierno Nacional, a través de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y el Puesto de Mando Unificado (PMU), está priorizando la atención a los damnificados y tomando acciones para mitigar los efectos de la crisis. Sin embargo, la región sigue siendo una de las más vulnerables del país, y la situación podría empeorar si las lluvias persisten.

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