Lo anterior para ilustrar cómo, sin cambiar de política, están utilizando lo que los alemanes llamaron realpolitik, para basar sus relaciones diplomáticas más en el pragmatismo que en otros factores. De un momento a otro se dieron cuenta de que estaban atados de pies y manos con Rusia, que les suministra la mayor parte de sus necesidades de gas, y que, si querían parar financiando la guerra comprando gas ruso, tuvieron que encontrar otras fuentes de suministro.