Economía circular, ciudades inteligentes, poca profundidad en las propuestas políticas

Isnardo A. Grandas Rincon (*)

Hoy en el mundo, existe un desarrollo teórico y práctico a cerca de los conceptos de economía circular y ciudades inteligentes, dos términos que pueden asociarse o vincularse fácilmente.

El problema principal son los recursos naturales con los que contamos y la explotación que de ellos hacemos. Hay que entender que estos, son finitos, y con el crecimiento poblacional que paso de 3 mil millones en 1960 a 7.9 mil millones a 2023 habitantes en nuestro planeta, y, con un consumo poco ordenado y en términos de comprar, usar y desechar, vamos a necesitar más de un planeta en los próximos 30 años.

Así entonces, los programas de gobernantes desde la presidencia hasta las JAC deben precisar con más énfasis en la transición hacia modelos menos consumistas y desarrollo de productos más circulares donde se reutilice, se repare, se recicle, se comparta, todas las veces que sea necesario y así crear valor agregado. Si no se transita a estos modelos en poco tiempo los desequilibrios económicos y sociales se agravarán.

Hacer lo anterior que requiere: mentalidades críticas, innovadoras, comprometidas, “disruptivas”.

Contamos con la capacidad de diferentes actores sociales y empresariales (stakeholders), que si se tiene la “magia” llámese gestión positiva para convocarlos, y sumado a estos, los desarrollos tecnológicos, hoy muy avanzados, que permiten modelos innovadores de negocios, avanzaríamos bastante.

Los ejemplos existen: la Unión Europea, UE, ha planteado, en marzo de 2022, su plan de acción de economía circular para el 2050. Incluyen el impulso a los productos sostenibles, capacitar a los consumidores de cara a la transición ecológica, la revisión de la normativa sobre productos de construcción y una estrategia sobre textiles sostenibles. 

Iniciar programas de este tipo impacta positivamente las cadenas de valor en pymes e industria grande, contribuye en la disminución de los problemas ambientales, estimula el crecimiento económico y los más importante: creara oportunidades de empleo.

Decantando estas ideas a poblaciones como las nuestras, en Boyacá, son muchas

las oportunidades; una sencilla, la gestión de los residuos sólidos municipales. Desagregar por productos su tratamiento, especializar su recuperación así como lo hace la industria siderúrgica semiintegrada con la chatarra metálica, utilizando el conocimiento avanzado para cada línea de residuos, por ejemplo los plásticos mediante la ciencia de los materiales poliméricos con ingeniería inversa, los orgánicos para generar abonos mediante los avances desarrollados, la recuperación de elementos electrónicos, y así varias cadenas de aprovechamiento impulsadas por la investigación en universidades y apoyadas por las entidades gubernamentales y privadas en una concertación sana y proactiva por mejorar las condiciones materiales de vida de la sociedad y del planeta, es el camino.

Como mensaje, rescatando el título de este escrito, considero que las propuestas de gobierno, desde hace tiempo adolecen de ideas profundas de desarrollo, de cambio, de modernidad. Se quedan en frases slogan de impacto mediático y seguimos haciendo lo mismo de lo mismo, lo de ley y poco de gestión hacia la modernidad y el verdadero desarrollo.     

(*) Ing. Químico, ing. Industrial, Especialista, docente e investigador universitario

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