Sogamoso y su tragedia educativa
Por Fabio Andrés Olarte Artunduaga
Para nadie es un secreto que, infortunadamente, la educación de Sogamoso está atravesando por un momento muy complicado, más allá de que la infame administración municipal se encargue de tratar de maquillar una tragedia que, desde luego, se ve reflejada, por ejemplo, en los resultados de las pruebas Saber 11 del año anterior, ya que entre los 10 colegios con mejor desempeño del departamento no aparece al menos uno de los nuestros, mientras cinco de ellos son de Tunja, dos de Paipa, uno de Duitama, uno de Nobsa y el otro de Villa de Leyva.
Si a esto le sumamos que en el año 2021 la matrícula en el sector oficial registró un total de 21.118 estudiantes, y que en 2022 esa cifra disminuyó a un número final de 19.434 alumnos, lo que indica que, en apenas un año, dejaron de matricularse 1.684 niños y adolescentes en las instituciones educativas públicas de la ciudad. Así, descubrimos que la situación realmente es preocupante y mucho más si nos comparamos con los vecinos. En Duitama, por ejemplo, se pasó de tener 17.659 estudiantes matriculados en colegios oficiales en 2021 a contar con un total de 18.041 en el año 2022. Es normal que la matricula en el sector oficial aumente, no que disminuya.
Sin embargo, el problema educativo en Sogamoso no solamente afecta al sector oficial. De los 54 colegios privados que estaban registrados en 2021, se pasó a tener apenas 46 en 2022, lo que representa que ocho instituciones educativas dejaron de prestar sus servicios a la comunidad en apenas 12 meses, lo que significa que muchos de los estudiantes se vieron obligados a migrar de colegio y, por supuesto, que un número indeterminado de sogamoseños que vivían de las actividades escolares quedaron desempleados. La tragedia, como vemos, repercute en múltiples aspectos. La Secretaría de Educación sigue empeñada en mostrarle a nuestros paisanos que vamos por buen camino, cuando en realidad sabemos que a muchos les quedó grande la tarea, pero como los de la pandilla verde no conocen la vergüenza, ahora van por la vida diciendo que quieren una Boyacá Grande, liderada por un hombrecito de escasa estatura moral e intelectual.
Es necesario, entonces, que el próximo alcalde de Sogamoso se preocupe realmente por la educación en nuestro municipio, pero, principalmente, que tengamos la posibilidad de elegir a concejales que tengan la capacidad de hacerle un control político efectivo a la futura nueva administración que, sin lugar a dudas, se va a encontrar con un municipio en ruina.