Pregones Burlados y se repetirá
Por Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez
Ya ni a siete meses de irse de sus cargos podrán llegar a cumplir y mucho menos agradecer el haberse llevado los votos de municipios y reírse de comunidades ávidas de liderazgos, para avanzar en sus necesidades, búsqueda de oportunidades, solucionar sus ambiciones, defender a quien trataron o mejor vendieron como el “salvador” y les llega la hora de los cierres de cuentas y quedan en saldo negativo, hay que pagar escondederos y los sinvergüenzas volverán a mover las fibras de los mismos, y de los otros, para imponerse en sentimientos y burlarse de sus paisanitos.
No hagan cuentas alegres para unirse o juntarse, patrocinar, recomendar, posar, andar, figurar o arengar por unos que ya conocemos o los nuevos que vienen con las mismas o peores mañas, porque demostrado está que cuando llegan a sus estadios de poder no hacen sino saciarse y rodearse de sus aduladores, que luego se convierten en sus enemigos acérrimos o por lo menos los que cuentan secretos, que luego son utilizados cual comodines para cumplir tareas sucias y bajas.
Confiar en ¿quién? ¿En qué? ¿Para qué? Son algunos de los temas que debiesen estar en los tintos, cervezas, onces o refrigerios; para que con argumentos no trastabillemos desde el comienzo, pues quedan cinco meses que serán de aguaceros políticos, de presiones en los puestos o contratos de trabajo en entidades, de solicitudes de empleo, de unas horas a destajo o a la espera que haya un espacio para ejercer un cargo, apadrinado por el ganador, por los de su entorno o por sus jefes.
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Se recurrirá a polígrafos, a encuestas no autorizadas, golpes blandos o fuertes, a juego sucio y a cuanta triquiñuela traída de las bodegas, de campañas viejas, del exterior o inventos de creativos, dialectos enredados y hostigantes, gobernar por trinos cada treinta minutos, a la espera de un golpe de opinión o totazo (leer escándalo que no les resbale), actores extraños… pero lo que no se puede dejar permear es la identidad, la sangre y que vuelvan a manosear a jóvenes, adultos y viejos, que depositaron su voluntad para pensar en colectivo y hoy no saben para dónde caminar, porque no hay salidas, ni recursos. O abrimos los cinco sentidos o nos enviarán especies malignas, de colores, con venenos. Creador no permita que nos lleguen fuerzas extrañas que se apoderen de todo.
Quienes son los coordinadores, moderadores o jefes de los grupos de comunicaciones, WhatsApp y otros, son tan insípidos que ni tienen límites o fronteras, para estas épocas de negocios -con los candidatos-, y luego pregonan que los presionan, ultrajan, amenazan, estigmatizan o señalan como “enemigos”, para poder justificar hacer sus movimientos, que luego muestran como aportes, sacrificios, toda clase de tareas, muy soterradas, incluso recurriendo a actos de violencia silenciosa.
Ya hemos pasado por sencillas, modestas, opulentas y nos sorprenderán con unas descontroladas, hablamos de estrategias, campañas y formas de hacer politiquería que se entronizó en una cultura sana, pensante, arraigadas y que no quiere tragar entero, ni mucho menos ser engañados…
Estafadores que se autopromocionan como primeros, en no se sabe en qué, y lo que hacen es cobrar por titulares, trinos, entrevistas y redes, para en campaña jugar con todos los candidatos. No faltan los que se ofrecen, con sus descuentos, ñapas y atacando a los pares, por ser felicitados o reconocidos. Jugar limpio o estaremos repitiendo lo que cada cuatro años nos viene sucediendo: robados.
