Opinionpor: Carlos Andrés Carreño Hernández

CAMPOS DE PAZ

El conflicto es un elemento inherente al devenir histórico de nuestro país, éste ha hecho parte de la lógica constructiva de nuestro territorio, desde antes de la llegada de los españoles a estas tierras.

Siempre se han observado bandos, cuyas fuerzas generan tensiones diferenciales, que han perfilado posturas, formas de pensar, de actuar y de entender el lugar que se habita. Es por lo anterior, que hablar de post conflicto en Colombia es un acto de Fe en el proceso de crecimiento colectivo, una luz que nos permite explorar nuevas posibilidades de entendimiento como colectividad.

Ante este horizonte de sentido, es importante abrir espacios para pensar cuestiones más allá de la memoria trágica de los lugares, sin demeritar, por supuesto, la importancia de este campo de reflexión. Este nuevo horizonte nos reta como país a repensarnos desde el concepto de la Paz, y abandonar, de manera paulatina, la univalencia del conflicto armado como la única posibilidad de reconocerla en la narrativa colombiana.

Es en ese nuevo enfoque de pensamiento desde y para la paz, que se enmarca la exposición Campos de Paz, un proyecto de la Fundación Contexto Cultural y su Museo de Arte y Cultura Casa Bella en la ciudad de Sogamoso, apoyado por el Ministerio de Cultura y su Programa de Fortalecimiento de Museos, a través de la categoría Los Museos Cuentan de la Convocatoria Comparte lo que Somos.

Dicha exposición, propone reflexionar en torno a la Paz, tomando como punto de referencia los saberes campesinos tradicionales del altiplano cundiboyacense. Articula una serie de utensilios, instrumentos y herramientas, con conjuntos de semillas nativas, que dialogan con el espacio y el observador, incentivándolo a develar metáforas visuales para construir preguntas en torno a cómo se podría sembrar y cosechar la paz en nuestro país.

Este proyecto expositivo apuesta por la aplicación de metodologías participativas que permitan proponer espacios dialogantes múltiples, plurales y horizontales, cuyo eje central no se limite a un discurso unidireccional, sino que, de voz a la sabiduría popular, que es por excelencia múltiple y ecléctica. En este sentido, el guion museográfico y propuesta curatorial, partió de un trabajo de campo, a través de recorridos dialogados en los contextos rurales de Socha, Tópaga y Chivatá, en los cuales se pudo conversar con varios sabedores, conocer sus puntos de vista sobre el asunto, y a partir de allí hacer de la palabra, el elemento conector, conscientes de la sabiduría profunda que guarda la oralidad de nuestros campesinos.

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Campos de Paz, es un llamado a soñar otros mundos posibles, a hacer uso de nuestro pensamiento crítico y creativo, para formular preguntas, que nos permitan comprender que nuestra mayor riqueza se encuentra en la sabiduría de nuestros campesinos, en la riqueza de nuestros suelos, en la fuerza vertiginosa de nuestros recursos naturales. Esta exposición, es una invitación para comprometerse con la Paz como proyecto de vida, como lógica de sentido para nuestra cotidianidad, en medio de una vida consiente, siempre atenta ante la incertidumbre de nuestro futuro, una incertidumbre que nos reta a adoptar nuestro papel, como una generación que decidió cambiar los llantos de la guerra, por los cantos alegres de la cosecha.

Carlos Andrés Carreño Hernández

Profesional en Conservación y Restauración de Bienes Muebles
Mg. en Patrimonio Cultural  
Contacto: [email protected]

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