Embalses de Chingaza: Recuperación avanza con las lluvias
Las lluvias recientes en Bogotá y sus alrededores han mejorado significativamente los niveles de agua almacenada en los embalses que abastecen a la capital y a 11 municipios de la Sabana. Según reportes oficiales, los embalses del Sistema Chingaza, como Chuza y San Rafael, muestran una tendencia al alza, aunque aún están lejos de alcanzar sus niveles históricos ideales.
El último informe de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) señala que el Sistema Chingaza alcanzó un nivel promedio del 53,06% gracias a las precipitaciones de las últimas semanas. Los embalses de Chuza y San Rafael registraron niveles del 40,73% y 93,18%, respectivamente. Esto representa un avance significativo en comparación con el preocupante 15,04% registrado en abril de 2024, cuando se implementaron medidas de racionamiento.
A pesar de esta mejora, el alcalde Carlos Fernando Galán advirtió que los niveles actuales están un 15% por debajo de los históricos: «Aunque hemos subido más de 14 millones de metros cúbicos en las últimas semanas, todavía estamos lejos de lo que necesitamos para garantizar la seguridad hídrica a largo plazo», afirmó.
La continuidad de las lluvias, pronosticadas por el Ideam hasta enero de 2025, ha disminuido la posibilidad de medidas de racionamiento más severas, alejando momentáneamente la amenaza del “Día Cero”. Esta sería la fecha en la que los niveles de los embalses caigan al 36%, un umbral crítico que obligaría al Distrito a tomar decisiones más drásticas para el suministro de agua.
El objetivo actual es alcanzar el 75% de capacidad del Sistema Chingaza al finalizar el año. Este nivel proporcionaría una mayor seguridad hídrica frente a la próxima temporada de sequía, que podría extenderse hasta abril de 2025.
Además del Sistema Chingaza, otros embalses en Cundinamarca han mostrado cifras positivas. El Agregado Norte, que incluye los embalses de Neusa, Sisga y Tominé, reportó niveles del 78,78%, 68,23% y 50,42%, respectivamente, todos con tendencia al alza. Por su parte, el Agregado Sur, conformado por los embalses de Chisacá y Regadera, se mantiene estable con un promedio del 92,88%.
El embalse El Hato también registró un ascenso, alcanzando un 85,86% de su capacidad. Estos avances son una señal alentadora para la región, que poco a poco recupera su capacidad hídrica gracias a las intensas precipitaciones.
Las lluvias continuas mejoran los niveles de los embalses y benefician los ecosistemas circundantes. La vegetación y la fauna asociadas a estas fuentes de agua muestran signos de recuperación, fortaleciendo la sostenibilidad ambiental de la región.
Los avances en la recuperación hídrica son un respiro para Bogotá y Cundinamarca, aunque las autoridades insisten en la necesidad de mantener las medidas de ahorro de agua y monitorear de cerca la evolución de los embalses.