La Cámara de Representantes de Colombia ha aprobado el proyecto de ley que regula los vapeadores y cigarrillos electrónicos en el país. Este importante paso, tiene como objetivo principal controlar el uso de estos dispositivos, especialmente entre los jóvenes, frente a la preocupante tendencia de aumento de consumo.

El proyecto de ley aborda la regulación de los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (Sean), los Sistemas Similares Sin Nicotina (Sssn) y los Productos de Tabaco Calentado (PTC), ante la creciente preocupación por su impacto en la salud pública y su proliferación en la juventud colombiana.

Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), aproximadamente 1,1 millones de personas en Colombia han probado cigarrillos electrónicos o vapeadores en algún momento de sus vidas, siendo esta tendencia más pronunciada entre los jóvenes de 18 a 24 años.

La aprobación de esta regulación ha sido ampliamente celebrada por diversos sectores políticos y sociales, quienes la consideran una medida necesaria para proteger la salud de la población, especialmente la de los jóvenes.

La regulación aprobada implica que los vapeadores y cigarrillos electrónicos estarán sujetos a restricciones similares a las del cigarrillo convencional, incluyendo limitaciones a la publicidad y al consumo en espacios públicos, con el objetivo de reducir el acceso y la exposición de los jóvenes a estos productos, cuyos riesgos desconocen muchas veces y son atraídos por sus sabores y diseño.

Un estudio liderado por la Universidad Industrial de Santander reveló datos alarmantes sobre las enfermedades asociadas al vapeo en Colombia, evidenciando un aumento en los casos de muerte y enfermedad relacionados con el uso de estos dispositivos. Esto ha generado una mayor conciencia sobre los riesgos para la salud y ha impulsado la necesidad de una regulación más estricta.

La regulación de los vapeadores y cigarrillos electrónicos en Colombia representa un avance significativo en la protección de la salud pública, especialmente la de los jóvenes. No obstante, se requerirán esfuerzos adicionales para combatir su uso y comercialización, así como para mitigar los riesgos asociados.