Al final, dijo que había acatado la insinuación del Ministerio del Interior que le sugirió suspender la medida. Sin embargo, a Rigoberto Alfonso le apareció otra vez su acostumbrado carácter mendaz para tratar de esconder que fue la Jueza Primera Administrativa del Circuito de Sogamoso, Johana Elizabeth Albarracín Pérez, quien le ordenó la suspensión del inadecuado toque de queda, fallando a una demanda que, días antes, había instaurado el entonces senador Jorge Eduardo Londoño Ulloa.
Es nada fiable un gobernante que se aleja de los intereses y valores de sus gobernados, su credibilidad se sitúa en un lugar muy lejano por tanto embuste y engaño además de ofrecer verdades a medias. La razón de esta relación es clara, dicen los entendidos que cuando el gobierno miente, engaña u oculta información en permanencia, este, además de perder credibilidad, genera desconfianza.
Y más aún cuando, de un momento a otro, dio la orden a sus asesores de prensa y a su recua de colaboradores de usar, cada vez que se le menciona, el apelativo de profesor. ¿Será un alias?