Opinion

IRÁN NO ES HAMAS

En 1979 tuvieron lugar en el mundo dos revoluciones diametralmente opuestas desde el punto de vista religioso e ideológico, pero curiosamente ambas derrotaron a un enemigo común: Los ubicuos Estados Unidos de Norteamérica. Se trata de Nicaragua donde el Frente Sandinista de Liberación Nacional FSLN al mando, entre otros de los hermanos Daniel y Humberto Ortega Saavedra expulsaron del poder al dictador Anastasio Somosa Debayle mientras en el otro lado del mundo el Ayatolá Ruhollah Jomeini  hacía lo mismo con Mohammad Reza Pahleví conocido como el Sha de Irán, de hecho fue el último mandatario en ostentar ese título.

Desde entonces, las relaciones entre Estados Unidos e Irán han sido un espinoso sendero lleno de obstáculos que sin embargo los iraníes han sabido capotear. Es lo que sucede cuando un estado pretende imponer un estilo de vida y un comportamiento político que se ajuste a sus intereses, los cuales como no coinciden con los del país agredido, es entonces cuando ocurre el enfrentamiento que llegó al extremo de que un grupo de estudiantes  se tomaron la embajada norteamericana en Teherán durante 444 días respaldados por su Gobierno y tras dos amagos fracasados de Jimmy Carter, finalmente se negoció con Ronald Reagan y se solucionó la crisis, aunque a los gringos les costó cinco muertos  en uno de esos intentos fallidos de rescate.

Estos antecedentes son importantes a la hora de considerar la actual crisis porque Israel ha tratado por todos los medios de provocar e involucrar a Irán en su guerra expansionista, pues está demostrado que no se trataba solamente de la defensa contra un grupo  terrorista, en este caso Hamás. Hagamos memoria.

El 1° de abril de este año Israel destruyó el consulado de Irán en Damasco, capital de Siria, donde mataron al general Mohamed Reza Zahedi, uno de los comandantes de más alto rango de la Guardia Revolucionaria Iraní, según la BBC. Posteriormente asesinó en Teherán a Ismail Haniya máximo líder de Hamas y uno de los negociadores del grupo y finalmente mató a Hassan Nasrallah líder de Hezbolá el 28 de septiembre de 2024.

 Hay que tener en cuenta que el pretexto para el genocidio fue el ataque por parte de Hamas del 7 de octubre de 2023, pero no, el Gobierno de Israel es un grupo criminal cuyo propósito es usurpar tierras para expandirse y alojar a cientos de miles de lo que eufemísticamente ellos llaman colonos, que llegan de todas partes del mundo y que se han creído su propio cuento de que lo que están haciendo es recuperar la tierra prometida.  

Pero ahora han obligado mediante sus provocaciones reiteradas a que Irán responda con fuerza y aunque el mundo llama al diálogo y a poner fin a la barbarie porque temen que el escalamiento pueda desembocar en una conflagración de inimaginables proporciones, los sionistas hacen oídos sordos al clamor universal con la complicidad de los Estados Unidos y parte de la Unión Europea. Ahora se espera la reacción del estado genocida que podría atreverse a asesinar a un alto dignatario iraní, lo que definitivamente arrastraría al mundo a escalar un nuevo peldaño hacia la propagación de la guerra.

Ya los sionistas han mostrado que las resoluciones de la ONU los tienen sin cuidado, que los llamados a la cordura no les importan como tampoco las sanciones de la Corte Penal Internacional ni las condenas de Sudáfrica ni de Colombia, lo que implica que estamos ante el matón del barrio que se cree el dueño del mundo. Nos esperan tiempos muy pero muy difíciles.

Por: Manuel Álvaro Ramírez R. Magíster en Economía

Universidad de los Andes   

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