Opinion

SOLIDARIDAD DE CUERPO

Por Manuel Álvaro Ramírez R.

El Presidente norteamericano Donald Trump le acaba de enviar una carta a su homólogo brasileño Luis Inacio Lula Da Silva por medio de la cual en términos bastante perentorios, para usar un eufemismo que pueda disfrazar la patanería, prácticamente le ordena que suspenda el juicio contra Jair Bolsonaro “no debería tener lugar. ¡Es una caza de brujas que debería terminar INMEDIATAMENTE!” (Sic). Disculpas, pero las mayúsculas sostenidas son del texto original y traducidas al lenguaje verbal equivalen a gritar y golpear la mesa.

Sigue la carta con una disertación sobre lo injusto que es el intercambio recíproco con Brasil, por lo cual le informa que le impondrá un arancel de 50% “sobre todos y cada uno de los productos brasileños enviados a los Estados Unidos”. Es muy curiosa la forma como el país del norte se queja de lo injusto que es el funcionamiento del comercio cuando son ellos quienes han impuesto las reglas y condiciones y llegado el caso, como ahora, las rompen si les da la gana. 

Llama la atención no el tono de regaño y el mandato de capataz sino el desconocimiento y, quizás sea mejor decir, desprecio por la separación de poderes. No logro imaginar una orden del presidente Lula al Tribunal Supremo para que termine inmediatamente el proceso contra Bolsonaro acusado de encabezar un “plan golpista (que) contemplaba asesinar a Lula, a su vicepresidente, Geraldo Alckmin, y al juez que instruye el caso, Alexandre de Moraes, del Supremo”. No era un plan cualquiera. Ni siquiera una respetuosa sugerencia sería admisible y de producirse el poder judicial lo mínimo que podría exigir sería respeto por la separación de poderes.

Sin embargo, no sorprende que Trump se solidarice con alguien que intentó lo mismo que él quiso hacer el 6 de enero de 2021, cuando una horda de sus fanáticos y violentos seguidores “participaron de la toma del congreso para tratar de evitar la certificación del triunfo de Joe Biden” según la BBC y en cuanto se posesionó usó una discrecionalidad que tiene e indultó a casi 1,600 procesados por diferentes delitos asociados al intento de sedición llevado a cabo en esa fecha.

Pero por estos lados las cosas funcionan diferente y lo peor que podría hacer el presidente brasileño, sería meter las narices en un proceso del cual es víctima para pedir que termine inmediatamente según las pretensiones de su homólogo gringo. Además, supongamos por un momento que lo hiciera amedrentado por la amenaza de los aranceles. En este caso nuestro mandatario, que es un referente de la dignidad, quedaría como un pelele que no gobierna, sino que hace mandados, cosa que en Colombia no faltaría quien calificara semejante humillación como grandeza por anteponer los intereses de la patria por encima del egoísmo.

Lula respondió como corresponde señalando que Brasil es un país soberano y seguramente se acercan días aciagos, pero lo que se quiere destacar aquí es que el mundo está asistiendo a la antesala del fascismo, de un sistema que ni siquiera se cuida de las formas; que pretende imponer por la fuerza su visión del mundo y anteponer sus mezquinos intereses pasando por encima de quien sea, pisoteando normas, tratados, leyes, convenios, acuerdos y todo lo que sea con tal de dejar claro que quien manda es él y que los mandatarios locales deben oficiar de cipayos so pena de sanciones arancelarias o de otro tipo como el retiro de visas para altos y no tan altos funcionarios.

Hay que estar vigilantes porque lo que hoy le pasa al vecino nos pasará a nosotros, pero la tradición de la clase dominante colombiana ha sido de una sumisión lacaya, una humillación perruna que es lo que le exigirán al presidente con cualquier pretexto. Ya hay alertas en ese sentido tomando en consideración que Trump amenazó con sanciones a quienes opten por aproximarse al grupo de los BRICS, al que Colombia se está acercando y ya dio el primer paso al ser aceptado como país miembro del Nuevo Banco de Desarrollo. Nos toca pues poner las barbas en remojo.

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba