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La Plaza de Bolívar de Tunja, una historia que fusiona lo indígena y lo mestizo

Fuente: RTVC

La Plaza de Bolívar en Tunja, Colombia, no solo es un espacio urbano, sino un testigo milenario de la historia, fusionando lo indígena y lo mestizo. Gilberto Ávila Monguí, historiador y secretario perpetuo de la Academia Boyacense de Historia, revela la riqueza cultural que alberga este emblemático lugar.

La plaza original, llamada Suárez Rendón, y ubicada donde hoy se encuentra el parque Pinzón, data de la fundación de Tunja en 1539. Con un diseño ajedrezado en arena, reflejaba la influencia de la cultura chibcha. Fue en esta plaza donde, en 1541, el cacique Aquiminza que fue decapitado, marcando momentos oscuros de la conquista.

En 1550, la plaza se trasladó a su ubicación actual y se llamó Plaza Mayor, refiriéndose al Burgomaestre, líder de la República de Boyacá. El 6 de agosto de 1891, el general Próspero Pinzón la rebautizó como Plaza de Bolívar en honor al libertador venezolano.

La historia de la plaza está entrelazada con su función como picota. En 1816, líderes locales fueron paseados y humillados en la Plaza Suárez Rendón por el régimen de Pablo Morillo. Durante la violencia bipartidista de los años 50, el lugar también fue testigo de momentos cruentos.

La Plaza de Bolívar, más allá de su historia trágica, fue el epicentro de encuentros cotidianos. Un personaje conocido como «el enlazador» hacía alarde de su destreza para esquivar conflictos partidistas. Cuando se avisaba de la llegada de seguidores liberales, era «enlazado» con agilidad antes de ser rodeado por seguidores conservadores.

Ávila destaca que la Plaza de Bolívar es la esencia misma de Tunja, un espacio donde convergen pasado y presente. Sus suelos han absorbido la memoria de un pueblo que ha resistido y evolucionado a lo largo de los siglos, representando la diversidad y complejidad de la identidad colombiana. En cada rincón, esta plaza resuena con las historias de los que la habitaron y la transformaron, entretejiendo lo indígena y lo mestizo en el tapiz de la memoria colectiva.

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