Opinion

PROCURA

Ni en sus más horrendas pesadillas hubiera pensado el dominicano Chichi Peralta que parte de la letra de su súper éxito Procura daría, además de bailar, para acomodar algunas frasecillas a la gestión –indigestión, diría yo– de la procuradora Margarita Cabello, quien gracias a la divina providencia termina su periodo con más pena que gloria.

Parece que la partecita donde canta ♪y no reparo de lo que te haré♫ fuera alusiva al daño que les hizo a los niños la administración de Karen Abudinen, Ministra de las Tecnologías de la Información y la Comunicación de Colombia del periodo Duque, que en plena pandemia de Covid 19 y con los niños en educación virtual, permitió que se embolataran 70 mil millones de pesos. No sabemos –vainas de la justicia– si ella se los embolsilló o dejó que otro se los embolsillara, lo cierto es que la platica no se salió sola del erario y en algún lado debe estar picándonos el ojo y diciéndonos: bye, bye!

La señora procuradora jamás procuró que esa platica apareciera. Y la ex ministra, en lugar de al menos colorearse, se declaró víctima y con desfachatez costeña dijo que antes nos tocaba darle las gracias porque gracias a su agilidad nos salvamos de perder un billón de pesos (un millón de millones) gracias a la caducidad adelantada del contrato, caducidad que, si ustedes recuerdan, fue forzada por las denuncias de algunos medios de comunicación que la acorralaron hasta que, ella, en un ataque de inteligencia se dio cuenta de que la Unión temporal Centros poblados era nada menos que de Emilio Tapia, delincuente de cuello blanco condenado por el carrusel de la contratación. Como decía el coloso del humorismo, Hebert Castro, a la ministra “se le dijo, se le advirtió, se le aconsejó” pero parece que la única que ‘creía’ en la honradez y pulcritud del señor Tapia era ella. Seguramente en casa de la procuradora los ratones son los que cuidan el queso.

Lo cierto que un cargo de tamaña importancia como el de Procurador General debería quedar en manos de una persona impoluta, sin la menor tacha. Si ustedes ven la terna actual, no hay de dónde escoger. Le dan ganas a uno de cantar la estrofa del Himno nacional que dice “la Virgen su Cabello…” y que se quede Margarita, que al menos es una persona grata: Le regaló a la Abudinen de cumpleaños el archivo de su proceso. Bonito mensaje para el país.

Las dos señoras se deben estar riendo viéndonos las caras de pendejos: aplicaron muy bien la ley de Char… les, porque esa vuelta sí que les salió Olímpica, y no precisamente estéreo.

Por Rafael Antonio Mejía Afanador

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